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Ritmo, alegría y voces femeninas
Según un reciente estudio que analiza éxitos musicales lanzados entre 1985 y 2015, la música que escuchamos es cada vez más triste. Curiosamente, las canciones que llegan más alto en las listas de éxito son la excepción: son bailables y festivas.
Mucho ritmo, bastante gracia, una pizca de humor y un toque femenino. Lo cierto es que, más allá de polémicas,la canción ganadora de la última edición de Eurovisión tenía muchas papeletas para convertirse en vencedora del popular concurso musical. Lo mismo que otros temas que actualmente coronan laslistas de éxitos, comolo último de Ariana Grande o deCalvis Harris.
Todos ellos pueden entrar en la categoría de temazo, al menos en base a los criterios que, segúnun reciente estudio de la Universidad de California en Irvine (Estados Unidos), definen a los ‘hits’ que más alto han llegado en los últimos años. Tras analizar tres décadas de evolución en el terreno musical, sus autores han concluido que las canciones que más triunfan reúnen tres ingredientes principales: son alegres, bailables y suelen contar con una mujer al micrófono.
El componente femenino, subraya el trabajo, es particularmente interesante “dado el gran debate en torno al rol de las mujeres en la industria musical, especialmente en cuanto a las desigualdades de género, estereotipos y la sexualización de las cantantes”.
Por otro lado, los autores asocian la creciente popularidad de los temas descritos como “despreocupados” y “bailables” con el auge de la música electrónica y la consiguiente pérdida de fuelle de géneros como el rocanrol y el ‘heavy metal’. Mientras que el ‘dance’ y el pop siguen siendo las variedades más aplaudidas, las canciones de jazz y música clásica no suelen figurar entre los éxitos del año.
Un mar (musical) de tristeza
Los investigadores, que analizaron los datos relativos a más de 500.000 canciones lanzadas entre 1985 y 2015, detectaron distintas tendencias en la evolución de la música que predominaba hace tres décadas y la actual.
Una de sus conclusiones más curiosas es que, a pesar de que los éxitos tienden a ser alegres, los temas, en general, son cada vez más tristes. Esta conclusión, para la que no han necesitado ni siquiera analizar las palabras—solo han tenido en cuenta sus propiedades acústicas, como el timbre o el tono—, vienen a confirmar las arrojadas por estudios anteriores.
Otro trabajo estadounidense, esta vez basado los ‘hits’ lanzados entre 1980 y 2007, señalaba que las letras son más narcisistas y referidas a su autor, incluyen menos expresiones relacionadas con la pluralidad (como ‘nosotros’) y presentan una mayor concentración de otras asociadas al odio y la mala baba en general.
Esta tendencia a la tristeza en el ámbito musical, advierten los expertos, concuerda con otros patrones sociales observados en los últimos años, como el aumento de la soledad, el aislamiento y la aparición de problemas psicológicos entre la población del mundo occidental.
Define alegre
Los propios autores del estudio más reciente advierten que, aunque los músicos podrían intentar seguir sus pautas para intentar triunfar, ni siquiera las matemáticas pueden determinar la receta definitiva del éxito.
Por otro lado, si miramos un poco más allá de los datos del trabajo, pueden surgirnos ciertas dudas sobre sus consideraciones. Por ejemplo, la clasificación de una canción como alegre o triste puede depender del contexto social y de cómo interaccione el público con ella —¿en qué categoría caería la compleja ‘Bohemian Rhapsody’ de Queen? —.
Tampoco hay que olvidar las grandes diferencias que existen entre la forma en que los melómanos se relacionan con la música hoy y hace varias décadas. Treinta años atrás, las radios eran el principal canal para conocer tanto las novedades como los éxitos, mientras que hoy basta con entrar en Spotify o YouTube para saber si nuestro grupo favorito ha sacado nuevo disco, si hay alguna banda que pueda interesarnos o, simplemente, para acceder a un catálogo musical inabarcable.
Además, la importancia de las listas de éxitos como indicadores de popularidad ha caído debido también a este fenómeno fomentado por internet y las nuevas tecnologías. Sin embargo, quizá no haga falta acudir a ellos para observar las tendencias halladas en estos estudios. Solo tienes que pensar en tu música favorita para comprobar si están o no en lo cierto.