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UNA TEORÍA DECIMONÓNICA
La vida en la Tierra comenzó hace 4.540 millones de años cuando meteoritos ricos en carbono impactaron contra el planeta y dispersaron los elementos esenciales para el desarrollo de ésta en “pequeños estanques cálidos”, según un estudio publicado en 'PNAS'.
Esta teoría de que descendemos de algo que surgió en charcos calientes fue sugerida por Darwin en el siglo XIX, aunque había sido refutada por las que afirman que todo comenzó alrededor de fuentes hidrotermales en los océanos.
Ahora este nuevo estudio recupera la vieja idea y sus autores afirman que es plausible que, en ese caldo de cultivo rico en nutrientes, nacieran las primeras moléculas autorreplicantes -esto es, que pueden hacerse copias de sí mismas- y también que estas tuvieran el primer código genético para la vida.
Se cree que el material genético más antiguo es el ácido ribonucleico (ARN), que es como el paso anterior a una célula y que tiene un papel fundamental en la traducción del código en proteínas, además de regular el crecimiento, el envejecimiento y la muerte de las células. La primera evidencia fósil de vida data de 3.700 millones de años.
Los científicos que han participado en el estudio sostienen que el ARN probablemente formó base de la primera vida por su “ubicuidad en las células vivas y su capacidad para almacenar información genética y catalizar su propia réplica”, según declaraciones recogidas por 'The Independent'.
El contexto en el que se desarrolló fue en una primigenia Tierra asediada por los meteoritos, en un momento en el que los que mandaban eran los gases volcánicos y la tierra firme era escasa, mientras que los continentes iban emergiendo desde el océano.
Para realizar este modelo de creación de la vida han recurrido a la astrofísica, la biología, la química y la geología y estiman que los primeros polímeros de ARN “probablemente” aparecieron hace 4.170 millones de años, aunque la cifra podría acercarse casi al momento de la formación del planeta.
De esta datación se podría desprender la idea de que la vida simple podría ser común en el universo, ya que en ese momento la Tierra no estaba protegida de los rayos del sol, además del bombardeo de meteoritos. También es una señal de que la vida inteligente tarda mucho en desarrollarse.
Uno de los autores, defendiendo su documento teórico, afirma que parecía "demasiado claro" que el ARN había evolucionado "antes que el ADN” ya que “este último es demasiado complejo para ser el primer resquicio de vida que apareció”.
Con estos cálculos y este nuevo modelo de medición, los autores afirman que el proceso simple del ARN evolucionó a medida que las moléculas se adaptaban mejor a su entorno y se hicieron más numerosas.