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HEMOS LLEGADO AL TOPE DE RENDIMIENTO, ESPERANZA DE VIDA Y ALTURA
Parece que hay un límite en la altura, edad y fuerza que podemos llegar a tener, según un nuevo estudio. ¿Empezará el declive en la raza humana?
“Pueblos del mundo, extinguíos”, cantaban Siniestro Total con su habitual socarronería, en una canción en la que pedían a los humanos que dejásemos vía libre a la evolución. No vamos a ser tan tajantes para hablar de que vamos a correr la suerte de los mamuts, pero quizá si que va a haber cierta decadencia humana una vez que se ha alcanzado cotas inimaginables hace un siglo.
En la sociedad moderna se ha catalogado nuestro desarrollo como un proceso cuasi infinito que siempre va a tener continuación. Pero quizá pronto nos enfrentemos a los límites de todo lo buenos que podemos ser, según un estudio publicado en Frontiers in Physiology.
La investigación ha analizado más de un siglo de datos y ha llegado a la conclusión que estamos bordeando el límite de fuerza, altura y esperanza de vida. En las últimas décadas los récords de la persona más vieja o de pruebas de velocidad se han ido pulverizando, pero los autores del estudio sostienen que se pueden alcanzar los picos actuales pero que es complicado aumentarlos.
La sociedad moderna, con sus avances médicos, científicos y nutricionales, han conseguido un auténtico milagro, pero según los participantes en el estudio los cambios a los que estamos sometiendo al planeta y los efectos del calentamiento global podrían obligarnos a perder un poco de estos avances.
Según uno de los autores de este estudio, el reto del siglo XXI estará en afrontar los efectos nocivos en la salud humana que está provocando el ser humano. “Observamos tendencias decrecientes como, por ejemplo, que la altura media en África está disminuyendo, lo que sugiere que algunas sociedades no son capaces de mantener la salud de sus jóvenes”, apunta en Science Dialy.
El objetivo de las autoridades debería ser, para el autor, salvaguardar lo conseguido antes de buscar el progreso de los valores analizados. “Con las limitaciones actuales esto puede suponer una gran cantidad de inversión para poder equilibrar las presiones a las que se está sometiendo el ecosistema”, señala, pero es algo que considera “necesario” para mantener los altos niveles de los que disfrutamos actualmente.
El estudio señala también nuestras limitaciones estructurales y el potencial replicativo limitado de las células, para apuntar que los patrones de crecimiento dentro de las regiones mundiales revela que la ganancia en altura durante el último siglo no fue un proceso lineal.
Respecto a la esperanza de vida, ésta ha aumentado considerablemente durante los dos últimos siglos, pero desde 1997 nadie ha vivido más de 120 años, aunque actualmente haya más cantidad de centenarios. No obstante, señalan datos recientes que sugieren una desaceleración en el progreso de esperanza de vida, en parte por la estabilización de la baja mortalidad infantil en los países con más ingresos.
¿Será una realidad que nuestros biomarcadores han tocado techo y que ahora llega la estabilización o, en el peor de los casos, la caída de estos?