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HAMBURGUESAS VEGETALES QUE “SANGRAN”
Imaginemos que un día los mataderos cierran, las carnicerías desaparecen y los mayores cuentan cómo se elaboraban chorizos y morcillas como algo mitológico.
Pues este sueño para veganos y vegetarianos no es tan descabellado si se cumplen las previsiones poblacionales de Naciones Unidas.
Si en 2050 se estima que habrá una población de 9 billones de personas resulta insostenible, económica y medioambientalmente, el ritmo de crecimiento y consumo de carne que gastamos en el planeta. Se calcula que casi el 15% del total de emisiones de efecto invernadero proceden de la industria ganadera.
Y con esta información, Bill Gates -padre de Microsoft y actual empresario y filántropo- espera concienciar a los ciudadanos de que el futuro de la alimentación (y supervivencia) pasa por los alimentos transgénicos.
“Los alimentos OMG (organismo genéticamente modificado) son perfectamente saludables y esta técnica permite reducir la hambruna y malnutrición cuando se utiliza de la forma correcta. No es que me aleje de los alimentos no transgénicos, pero es decepcionante que la gente los considere mejores", sentenció Gates en su cuenta en “Ask Me Anything” de Reddit la semana pasada.
El compromiso de Bill Gates con los avances en tecnología alimentaria viene de lejos.
No solo colabora con grandes firmas de la manipulación genética en determinados alimentos que podrían evitar grandes hambrunas, sino que es uno de los principales inversores de la mayor aventura vegana californiana: la start up Impossible Foods, creada por el bioquímico e investigador del Instituto Médico Howard Hughes de la Universidad de Standford, Patrick O. Brown.
El objetivo de esta empresa es fabricar (entre otras delicatessen) hamburguesas que parecen de carne, saben a carne… e incluso sangran como la carne poco hecha… solo que están íntegramente elaboradas con plantas o más bien “derivados de las plantas”.
Lo cierto es que su huella ambiental es muy inferior a la que emite toda la industria que hay detrás de una hamburguesa de carne. Pero también es verdad que la ingeniería alimentaria no ha fabricado un producto “saludable”.
Para emular la jugosidad de la carne picada emplean aceite de coco, que eleva sus grasas saturadas, y quintuplican la cantidad de sodio que necesita para su conservación, con el peligro que esto conlleva para la presión arterial.
Según un análisis de Men’s Journal, no todo en la veggie burger que apoya Bill Gates es malo. La vegana contiene cero colesterol frente a los 100 miligramos de una hamburguesa de carne animal.
También es rica en hierro, no se excede en calorías respecto a su competidora (220 kilocalorías por la Impossible Burger frente a 283 de una tradicional) y sobre todo no eleva el riesgo de cáncer colorrectal que se ha asociado a las carnes animales muy tostadas.
Sea de una forma u otra, los expertos en nutrición recuerdan que este tipo de productos, versión carnívora o vegana, no son tan saludables como deberían y por tanto no pueden formar parte de la dieta habitual.