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UNA BUENA NOTICIA PARA LOS COCINEROS
El llorar en la cocina se va a acabar (al menos en lo que a cortar cebollas se refiere), gracias al trabajo de un grupo de científicos japoneses: han producido una versión de estos bulbos que no provoca lágrimas. ¿El secreto? Inhibir la acción de la sustancia que irrita a los ojos con tan desagradables consecuencias.
Los expertos, de la empresa House Foods Group, habían identificado una de las enzimas responsables de la reacción ocular en 2002, cuando publicaron su hallazgo en Nature. La investigación les valió un premio Ig Nobel en 2013, un galardón dedicado a los estudios más absurdos.
Ya entonces anunciaron que buscarían la manera de evitar sus efectos y ahora lo han confirmado: han conseguido su objetivo bombardeando las cebollas con iones. Después de aplicar esta técnica, ninguna de las cebollas resultantes provocó lágrimas en la veintena de voluntarios que las cortaron.
Sin embargo, por mucho que nos moleste, las sustancias químicas que tantos llantos han provocado en las cocinas de medio mundo cumplen una función protectora. Las plantas los utilizan para repeler a insectos u otros animales que se alimentan de las cebollas. Una vez que las muerden y prueban la desagradable medicina, dejan en paz a los vegetales.