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EL MIT DESVELA LA FALTA DE CONTROL EN LAS REVISTAS CIENTÍFICAS
Hace unos años Kim Kardashian aseguró en una entrevista que le encantaba que la gente la subestimase, porque luego les sorprendía con sus nuevos proyectos. Ahora, esta estrella del famoseo vuelve a dar la campanada, ya que su nombre aparece como primera autora de un estudio publicado en la revista Drug Designing & Intellectual Properties International Journal.
Junto al nombre de Kardashian aparece también el del investigador del MIT, Tomas Pluskal, que en una reciente entrevista ha asegurado que creía que “el talento científico de Kim estaba siendo subestimado”, por lo que “quería darle la oportunidad de mostrar este lado desconocido”.
Sin embargo, el artículo en cuestión es falso y, obviamente, Kardashian no ha participado en él. En realidad, todo ha sido una broma de Pluskal para mostrar los bajos estándares de calidad de algunas revistas científicas, que aceptan todo tipo de manuscritos sin revisarlos adecuadamente.
La broma de Pluskal continuó esta misma semana, durante una entrevista que concedió al portal Retraction Watch, dedicado precisamente a informar sobre los pormenores del mundo de las revistas científicas.
En esta entrevista, cuyas preguntas y respuestas están cargadas de sarcasmo, Pluskal y aseguró que la revisión por pares había durado apenas 4 días, sin que los revisores encontraran ningún error. “Es el sueño de todo científico”, afirmó con ironía.
El proceso de revisión por pares es el mecanismo en el que se basan las revistas científicas y consiste en que un equipo de científicos especializados en un campo concreto revise los artículos antes de que sean publicados, para asegurarse de que no contienen errores graves.
En general, suele ser un proceso engorroso, que a menudo se demora varios meses y en el que hay un continuo intercambio de opiniones entre los autores y los revisores que, en ocasiones, es poco amistoso.
Junto al inventor del Bitcoin
Sin embargo, en este caso, los supuestos revisores no encontraron nada raro en el artículo de Pluskal. No solo no les extrañó ver a una reina del famoseo como primera autora, sino que tampoco les sorprendió ver que otro de los coautores del artículo fuera el enigmático inventor del Bitcoin, Satoshi Nakamoto.
En realidad, nadie sabe si realmente Nakamoto existe, si es un seudónimo de alguien que quiere ocultarse o si el nombre representa a un grupo de personas. Lo único que se sabe, es que este es el nombre que aparece en el primer artículo que describía el funcionamiento de la criptomoneda.
Por si esto fuera poco, basta echar un vistazo al supuesto artículo científico para ver que es un cúmulo de frases sin sentido. “En este trabajo mostramos, no solo que el comercio electrónico puede hacerse en caché, semántico y cliente-servidor, sino que lo mismo es cierto para los tubos de vacío”, se puede leer en la introducción.
De hecho, el propio Pluskal reconoce con ironía que el manuscrito ha sido escrito utilizando un generador automático de artículos que desarrolló el MIT hace unos años. “Es una herramienta fantástica que ahorra mucho tiempo y reduce la carga y el estrés asociados con la preparación del artículo”.
No es la primera vez que alguien hace algo así. A mediados de los 90, el profesor Alan Sokal envió un artículo falso a una conocida revista para demostrar la falta de calidad de la misma, lo que se conoció como el escándalo Sokal, y desde entonces muchos investigadores han hecho lo mismo.
Este tipo de acciones, más allá de la broma o la anécdota, señalan un serio problema del mundo editorial científico. Un problema que puede poner en riesgo la credibilidad del actual sistema de revistas científicas e incluso de la ciencia misma.
Mientras tanto, y ajena a todo este debate, Kim Kardashian ya tiene algo más que añadir a su curriculum y es, nada más y nada menos, que un artículo científico.