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CUADRIPLICAN SU PRECIO EN 20 AÑOS

Los medicamentos contra el cáncer se encarecen el 10% cada año

El mismo grupo de 58 medicinas básicas para el tratamiento de distintos procesos cancerígenos ha subido de precio hasta un 10% anual, por encima de la inflación desde 1995. Y no se trata de un aumento solo por mejora o cambio del tipo de medicamentos, sino una práctica de la industria farmacéutica.

Pastillas antena3.com

Así lo recoge un estudio financiado por el Instituto nacional de Cáncer de los Estados Unidos. Si bien el estudio es de índole local, la globalización farmacéutica hace que sea extrapolable al resto de Occidente, donde el cáncer tiene una incidencia similar y las compañías negocian precios según competencia. El gasto mundial de este tipo de medicamentos asciende a 91.000 millones de dólares cada año, suponiendo las ventas más altas de toda la industria.

El estudio encontró también un dato revelador. Hay relación entre los medicamentos que más han subido el precio y la eficacia de los mismos. Es decir, el precio sube alrededor de un 120% por cada año adicional de vida ganado por un paciente. La relación de precio está más vinculada a la eficacia que a los costes de producción, algo bastante normal en la industria farmacéutica.

Según el estudio, la fórmula de las farmacéuticas para fijar los precios se basa en comenzar poniendo uno inicial, según formulación similar del mercado, y subirle un 10% o un 20% por cada nueva edición del mismo medicamento. De esta manera, la escalada de precios ha sido espectacular.

El coste de los medicamentos se ha duplicado en la última década. El impacto en el precio que asume el paciente difiere del tipo de sistema Sanitario, aunque con unos límites. Este encarecimiento hace que la Sanidad española, por ejemplo, tenga muchas dificultades para financiar algunos antitumorales.

Un ejemplo. La leucemia mieloide crónica era una enfermedad con una altísima mortalidad hasta que en 2001 Novartis comercializó el Glivec, un potente fármaco que ha conseguido convertir la leucemia en una enfermedad crónica no mortal. El fármaco nació costando 23.000 euros por año y paciente. Ahora cuesta 69.000 euros.