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¿SÍ QUIERO?

Las mejores y peores edades para casarse, según la ciencia

Ante la duda de si estaremos o no preparados, lo mejor es dejarnos llevar por lo que digan los expertos. Y no hablamos de los terapeutas matrimoniales, no: las matemáticas han determinado la edad perfecta para comprometernos al matrimonio y que no acabe en divorcio...

¡Justo encajamos en la edad! Pixabay

Madre mía, otra boda más. Tu cuenta corriente se tambalea cada vez que escuchas de algún amigo, conocido o familiar que se va a casar y te toca ir a la boda.

Pero, al margen del desembolso económico, recibir la invitación para asistir a uno de estos eventos nupciales suele traducirse en la diatriba emocional de si las personas que pretenden casarte están o no preparadas o a qué edades lo hicieron tus padres, los suyos o los padres de los padres de sus padres mientras que tú sigues sin tener nada claro si algún día llegará tu momento para estar seguro de dar esa respuesta afirmativa -y que sea definitiva- o lo has dejado pasar y ni te habías dado cuenta.

Deja de darle vueltas en base a lo malo –o bueno– conocido porque la ciencia hace tiempo que lleva estudiando cuál es o no el momento vital para dar el sí quiero. Y tiene una respuesta clara.

¿Habrá compensado el derroche de arroz o esto acabará en divorcio? | Flickr

Según los últimos datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), la edad media de matrimonio en España se sitúa en 36,9 años para los hombres y 34,0 para las mujeres. Esto, en base a un total de 158.425 enlaces celebrados en el año 2014.

Más cifras: las elaboradas por el Pricenomics para 'The Huffington Post' cotejando los datos de Naciones Unidas, concluyeron que el factor clave que determina en todo el mundo la edad del matrimonio se ciñe a los ingresos del país. Según el mapa mundial que elaboraron, los países nórdicos y Europa Occidental cuentan con uno de los rangos más altos, superando los 31 años de media, como es el caso español.

La cuestión es, ¿es la edad adecuada o son demasiado jóvenes o mayores? Un nuevo estudio realizado por el doctor Nick Wolfinger, sociólogo de la Universidad de Utah, ha dado con la franja de edad adecuada para contraer matrimonio siempre y cuando –ojo al dato– el objetivo no sea acabar divorciados en los siguientes cinco años. Conclusión: debemos dar el ‘sí’ entre los 28 y los 32 años.

La fórmula matemática del ‘sí, quiero’ duradero

Lo habrás escuchado tantas veces que te lo has acabado creyendo: las personas que mantienen una relación de pareja durante más tiempo antes de dar el paso del matrimonio, duran más. Se trata de una creencia popular bastante lógica con la que Wolfinger no estaba de acuerdo. Así, le dio por analizar las estadísticas nacionales de enlaces en Norteamérica entre el año 2006 y el 2010 y encontró que las que menos probabilidades tenían de divorciarse eran aquellas que habían pasado por el altar entre los últimos años de su veintena y los primeros de su treintena.

Por el contrario, quienes dieron ese ‘sí’ a los treinta y muchos o cuarenta y pocos… acababan separados. Es más, por cada año de vida más que sumaba alguno de los cónyuges, el porcentaje de fracaso matrimonial aumentaba en un 5%.

Esta dura | Pixabay

“A esa edad la gente es lo suficientemente mayor como para entender si están o no seguros de que quieren estar con esa persona, o si en realidad son las hormonas las que hablan por ellos”, asegura el doctor quien defiende que entre los 28 y los 32 años. “Las personas han tomada ya suficientes decisiones importantes en la vida y tienen responsabilidades, además de que –generalmente– son económicamente lo solventes como para poder hacerse cargo de una situación así”.

Claro, que sus análisis se ciñen a la situación financiera del país liderado por Donald Trump… Pero no te lleves las manos a la cabeza porque, aun siendo un mileurista castizo, esta franja de edad también puede ser la mejor para casarnos porque, se presupone, somos adultos con una mentalidad joven y abierta: “No son tan mayores, en el sentido de que todavía pueden cambiar un poco sus formas de ser para ajustarse a la pareja en cuanto a hábitos y estilos de vida y objetivos comunes, y no suelen tener exmaridos o exmujeres ni hijos que puedan afectar a la relación”, subraya el experto. Conclusiones que, asegura, se cumplen independientemente del sexo, raza, origen, educación, religión o historial sexual de los recién casados.

Así que queda claro: si no queremos que el dinero invertido en el próximo bodorrio caiga en balde, procuremos investigar si alguna de las dos partes supera los 32 años. Puede que de esta forma podamos lanzar los granos de arroz seguros de que los novios vivan juntos una larga vida en pareja. Desgañítate la garganta con el ‘¡vivan los novios!’, claro que sí.

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