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Y NO ES LA ÚNICA MIEMBRO DE SU FAMILIA
Una investigación sobre las extraordinarias cualidades del cuerpo de una mujer puede ayudar a pacientes con dolor a sentirlo menos. Según ha trascendido, esta señora, de 66 años, ingresó en un hospital para que le operaran una mano con artritis. Después de la operación, decía que la sentía tan bien como antes. Sin embargo, la articulación del dedo pulgar estaba destrozada.
Además, la mujer no sufría dolor en ninguno de los muchos problemas de salud que llevaba años arrastrando. De hecho, un año antes, le habían cambiado la cadera y solo tomó un par de gramos de paracetamol… porque le dijeron que se lo tomara. Su falta de dolor llega a extremos tales que alguna vez se ha quemado y no se ha dado cuenta hasta que le ha llegado el olor a carne quemada. También, que puede comer alimentos muy picantes sin sentir nada más que un “resplandor agradable”, según sus palabras, en la boca.
Investigadores de genética del University College de Londres y de la Universidad de Oxford han concluido que la mujer tiene una mutación genética que hasta ahora no se conocía. La mutación se encontraba en un nuevo pseudogén (un gen que deriva de otros) que afectaba a la anandamida, un neurotransmisor que provoca euforia o alegría, a la ves que hace disminuir las emociones negativas.
Así, esta mujer tenía, gracias al pseudogén, niveles más altos de anandamida que los normales, de hasta un 70 % más. Ahora, los investigadores quieren saber más sobre el funcionamiento del pseudogén, para diseñar medicamentos que puedan alterarlo y mejorar el sufrimiento.
El dolor puede ser tanto físico como mental: la mujer tuvo hace poco un accidente de coche y comentó a los investigadores que no sintió nada de pánico. Su hijo también resiste bien al dolor, aunque no tanto como su madre. Y el padre de esta también tomó pocos analgésicos.