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Suena muy espectacular oír que el eslabón perdido “¡por fin se ha encontrado!”. Sin embargo, por desgracia, la frase carece de toda coherencia e irrita profundamente a los científicos.
Viene de la expresión ‘missing link’, muy apreciada por los naturalistas del siglo XIX y que en realidad significa “eslabón que falta”.
Estaba claro que los humanos descendemos de antiguos simios, pero se echaba de menos un fósil evolutivamente intermedio que lo probara definitivamente.
Cuando se descubrieron los australopitecos y otros homínidos, la necesidad de encontrar el eslabón perdido desapareció, aunque el mito continúa.