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SEGÚN UN ESTUDIO FRANCÉS
El psicólogo Nicolas Guéguen lleva años explorando metódicamente cuál es el nivel de éxito o fracaso de muchas técnicas de ligue en parejas heterosexuales, ya sean naturales o impostadas. Su objetivo: analizar aquellos pequeños detalles que hacen 'tilín' a las fantasías del subconsciente, conformando una suerte de enciclopedia científica de las 'armas de mujer'... y de varón.
Así, ha analizado multitud de situaciones cotidianas de seducción, aunque siempre desde el punto de vista masculino, demostrando por ejemplo que se triunfa más con una guitarra encima o paseando un perro. El nivel de éxito lo suele medir en si consigue o no el teléfono de la chica, aunque quizá este objetivo tenga que cambiar con el amor de los tiempos de Tinder.
Para su último estudio, publicado en el 'Scandinavian Journal of Psychology' Guéguen se mete en el campo de la peluquería. Y no para determinar si seduce más el pelo corto o largo o si “los caballeros las prefieren rubias”, parafraseando la célebre novela de Anita Loos. Eso es algo a lo que el prolífico autor ya contestó (y, por cierto, la respuesta es que sí).
El reto era más complicado: encontrar si la atracción era mayor o menor según la forma en la que una mujer lleva el pelo, si con la melena suelta sobre la espalda, con un recogido en forma de moño o con una coleta. Y, como siempre se hace en las ciencias del comportamiento, para demostrarlo los hechos tienen más valor que las palabras.
La 'conejilla de indias' fue una chica joven oriunda de una ciudad de la Bretaña francesa que llevaba una melena de 70 centímetros de longitud. Ella se adelantaba unos metros respecto a las personas que el investigador analizaba, sin que estas pudieran ver su rostro: sólo su figura, su ropa y, sobre todo, su pelo, el auténtico protagonista.
En un momento dado, ella sacaba una mano del bolsillo y dejaba caer adrede un guante. Ese era el instante clave, cuando halló que los hombres estaban más dispuestos a ayudarla a recogerlo cuando llevaba el pelo suelto de forma natural, algo que no ocurrió con las mujeres que participaron en el experimento. En el caso de ellas, todas ayudaron a la chica a que se diera cuenta y recogiera la prenda perdida 'accidentalmente'.
Los datos están ahí, aunque no la interpretación: el pelo largo y suelto puede ser síntoma de naturalidad, de juventud... Vaya usted a saber.
El 'pero' es que el tipo de mujer homo sapiens que triunfa en Europa, según los trabajos del investigador de la universidad de Bretaña, es rubia, con tacones y el pelo suelto. Y da que pensar dos cosas. En primer lugar, que las muestras quizá son muy pequeñas y tienen limitaciones locales, y en segundo, que queda poco espacio para la diferenciación y la ambigüedad en la 'era postBowie'.