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SEGÚN UN ESTUDIO
Este año será el definitivo: gimnasio, dieta y menos cerveza. Como cada enero, queremos compensar los excesos de las navidades y convertirnos en personas más sanas. Sin embargo, un estudio demuestra que no somos muy fieles a nuestros propósitos (al menos en lo que a alimentación se refiere) y seguimos pasándonos con la comida después de año nuevo.
El trabajo, publicado en la revista PLoS ONE, ha encontrado que los gastos en el supermercado durante las vacaciones de Navidad se incrementan en un 15%, debido sobre todo a la compra de alimentos calóricos. Es fácil dejarse llevar cuando la casa está llena de dulces y otras tentaciones navideñas.
Los investigadores, de varias universidades estadounidenses, analizaron las costumbres de 200 familias entre julio de 2010 y marzo de 2011. Lo más sorprendente de los hallazgos, sin embargo, es que el consumo de productos grasos no cesaba después de año nuevo, sino que continuaba creciendo en un 9%.
“La gente empieza enero con buenos propósitos, pero además de comprar alimentos más sanos, continúa metiendo en su cesta otros artículos menos saludables de los que consumían en Navidad”, afirma Lizzy Pope, una de las autoras.
Los investigadores advierten que es una señal: los consumidores deberían buscar estrategias para evitar seguir decantándose por sus dulces favoritos y otros bocados remanentes de tan señaladas fechas. Ponen como ejemplo las listas que no incluyan chocolate.
Y tú, ¿cómo llevas los propósitos de año nuevo?