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NO DEJARÉ DE COMERLOS
No importa de qué sabor sea el helado: todos tienen en común que están a una temperatura entre -10ºC y -12ºC. Y cuando algo tan frío toca el cielo de la boca se estimula el nervio trigémino, que también es responsable de que el dolor de muelas sea insoportable.
Esa estimulación del nervio hace que el cerebro trate de calentar la zona rápidamente, dilatando los vasos sanguíneos y mandando una gran cantidad de sangre a la zona.
Se trata de un dolor intenso y repentino que dura muy poco, pero que es muy desagradable.
Para evitarlo, los investigadores recomiendan tomar el helado despacio. Y si tenías tantas ganas de comer helado que no te has dado cuenta, puedes aliviar los síntomas tocándote el paladar con la lengua para calentarlo.
Lo que seguro no voy a hacer es dejar de comer helado.