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ESTUDIAN CÓMO FUNCIONA NUESTRO CEREBRO PARA CREAR MÁQUINAS MÁS INTELIGENTES
Aunque la inteligencia artificial avanza a un ritmo trepidante, todavía queda un largo camino hasta conseguir que las máquinas razonen como un cerebro humano. Y es que nuestra forma de aprender y de asimilar datos es asombrosa. Por ejemplo, para aprender a reconocer un coche, un ordenador necesita ver cientos de millones de coches, mientras que los humanos y otros mamíferos tan solo necesitamos verlo unas cuantas veces.
Un equipo multidisciplinar de la Universidad de Harvard acaba de recibir más de 28 millones de dólares para llevar a cabo una serie de investigaciones que tienen el objetivo de profundizar en el conocimiento del cerebro humano para después utilizar esa información en el desarrollo de máquinas más inteligentes.
Para ello, los investigadores registrarán la actividad en la corteza visual del cerebro y mapearán sus conexiones en una escala a la que nunca se había realizado y trasmitirán su información al equipo de ingenieros que desarrollarán algoritmos informáticos que mejoren la capacidad de aprendizaje de los ordenadores. “Se trata de un reto enorme, similar en alcance al Proyecto Genoma Humano”, explica David Cox, uno de los participantes. “El valor científico de la grabación de la actividad neuronal y el mapeo de sus conexiones, por sí solo, es enorme, pero esa es solo la primera mitad del proyecto. A medida que descubramos los principios fundamentales que rigen cómo aprende el cerebro, también seremos más capaces de diseñar sistemas informáticos que equiparen o incluso superen en capacidad al cerebro humano”.
Los experimentos comenzarán en el laboratorio de Cox, donde las ratas serán entrenadas para reconocer visualmente varios objetos en una pantalla de ordenador. Mientras tanto, los científicos registrarán la actividad de sus neuronas visuales utilizando microscopios láser de última generación. Después, una parte del cerebro de las ratas será enviada a otro laboratorio en el que se cortará en rodajas muy finas y se analizará en el primer microscopio electrónico de barrido multifaz del mundo.
Una vez que los investigadores conozcan cómo se conectan en tres dimensiones las neuronas de las corteza visual, la próxima tarea será la de averiguar cómo usa el cerebro esas conexiones para procesar rápidamente la información e inferir cómo serán los patrones de nuevos estímulos. En las fases posteriores del proyecto, los científicos construirán algoritmos informáticos inspirados en estos sistemas biológicos. De esta forma, se podrá mejorar el rendimiento de los sistemas de visión por ordenador y los robots podrán desenvolverse mejor en nuevos entornos, con el sinfín de aplicaciones que este adelanto supone.
“Una de las cosas más emocionantes de este proyecto es que estamos trabajando en uno de los grandes retos para el conocimiento humano: comprender cómo funciona nuestro cerebro”, concluye Cox.