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LAS AVES TOLERAN MÁS A LAS PERSONAS QUE EL RESTO DE PÁJAROS
La gran mayoría de los animales salvajes huyen cuando notan la presencia de alguien. Científicos estadounidenses han llevado a cabo un estudio que desvela el motivo por el que algunas especies de animales se han vuelto más tolerantes ante la presencia de humanos. El tamaño del animal ha resultado ser un factor clave.
Lo cierto es que la mayoría de los animales salvajes, cuando se topan por primera vez con un ser humano, responden de la misma forma con la que responden ante cualquier depredador, esto es, salen corriendo, nadando o volando.
Sin embargo, también es cierto que con el paso del tiempo, algunas especies se han vuelto mucho más tolerantes ante la presencia de los humanos. ¿Por qué motivo? Según un nuevo estudio llevado a cabo por científicos dirigidos por el investigador Daniel Blumstein, profesor y director de ecología y biología evolutiva en la Universidad de California en Los Ángeles (EEUU), depende de dos factores fundamentales: del tamaño del cuerpo del animal y del entorno en el que viva.
Para llegar a esta conclusión, los expertos analizaron 75 estudios llevados a cabo durante el último medio siglo, correspondiente a 212 especies de animales. La mayoría fueron aves, pero también mamíferos y lagartos. Para valorar los datos, se estimó que la tolerancia de las especies vendría determinada por la distancia aceptada por un animal y un humano antes de que este huya por su presencia, lo que se conoce como “distancia de iniciación de vuelo”.
Los investigadores descubrieron que en las zonas urbanas más pobladas, las aves eran muchísimo más tolerantes con los seres humanos que cualquier tipo de pájaro en un entorno rural. Además, las aves más grandes, como los pelícanos o las gaviotas, resultaban ser más transigentes con la presencia humana que los pájaros de menor tamaño como los colibríes.
La primera conclusión era de esperar, apunta Blumstein. Sin embargo, el hecho de que el tamaño del cuerpo del animal fuese un factor clave para el contacto humano sí sorprendió a los expertos. Las evidencias apoyaban sustancialmente la tesis contraria: que los animales más grandes son a menudo los que más se asustan al ver a una persona que los animales más minúsculos.
“Este nuevo hallazgo da la vuelta a las recomendaciones anteriores sobre las especies de cuerpos grandes como más vulnerables a la presencia de los seres humanos, y muestra que estas especies son más tolerantes ante la aparición de un ser humano en su entorno. La pregunta clave ahora es qué especies pueden tolerar lo suficiente a los seres humanos como para habituarse a ellos”, comenta Blumstein.
Otros factores, como la dieta de las aves, la apertura de sus hábitats y el número de huevos que estas dejan, tuvieron algún impacto sobre la tolerancia de estas especies a las visitas humanas, pero no tanto como las diferencias urbano-rurales y las del tamaño corporal.
El artículo ha sido publicado en la revista Nature Communications.