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LA MEJOR SOLUCIÓN ES DEJARLOS INTACTOS
Seguramente alguien te haya advertido que no debes toquetear las espinillas, por molestas que resulten. Científicos y dermatólogos lo secundan: las posibles consecuencias de hurgar en los granos y liberar su contenido no son una leyenda urbana. Desgraciadamente, la mejor solución sigue siendo dejarlos intactos hasta que desaparezcan.
Las desagradables y dolorosas protuberancias son consecuencia de anomalías en el funcionamiento de las glándulas sebáceas, localizadas en los folículos pilosos de la piel. Estas excretan normalmente una sustancia oleaginosa (sebo) para lubricar la epidermis y el vello.
Pero cuando la salida del fluido se obstruye, bien por la presencia de células muertas o de microorganismos, la zona se inflama. “Las espinillas son como unas bolsitas situadas bajo la piel que contienen aceites, bacterias y compuestos debidos a la inflamación”, describe la dermatóloga Michelle Rodrigues, del Hospital Saint Vincent en Melbourne (Estados Unidos).
Al liberar su contenido, estarías vertiendo todas estas sustancias sobre la piel, que además habrías perforado. Esta acción puede provocar la infección de la zona -empeorando el problema o dando lugar a nuevos granos- y la aparición de manchas oscuras o incluso cicatrices.
“Si resistes el impulso de hurgar en ellas, las espinillas suelen desaparecer solas en una semana aproximadamente”, asegura Rodriges. Y si el caso es grave, los dermatólogos pueden extraer el fluido y controlar la zona.
Desgraciadamente, los únicos consejos sirven para prevenir su aparición se basan en la dieta y la higiene. Aún hacen falta más investigaciones para entender completamente las causas del acné.