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Una explicación genética desde la Universidad de California
No es ningún secreto que las mujeres arrasan en el palmarés de la longevidad extrema. Ni que, por lo general, las mujeres llegan a soplar más velas en sus vidas que los hombres. En la salud y en la enfermedad, en la contienda y en la paz, en severas epidemias y en situaciones de hambruna, en las cumbres del Himalaya y en el desierto del Sáhara, las mujeres viven más años.
Ahora un equipo de investigadores de la Universidad de California (EE UU) cree haber dado con una explicación genética para este fenómeno.
Conseguirlo les ha llevado cerca de tres años. Que es lo que ha durado su experimento con cuatro tipos de ratones experimentales: unos con ovarios y cromosomas XX, otros con testículos y cromosomas XY y también (ahí entraba la novedad) ratones con testículos y cromosomas XX junto a ratones con cromosomas XY pero con ovarios.
En todo excepto en los cromosomas sexuales, los roedores del ensayo eran genéticamente idénticos, vivían en el mismo entorno y comían exactamente lo mismo. Así diseñado, pensaron los científicos, el experimento desvelaría cuánto influyen los cromosomas sexuales en la longevidad
Y lo hizo. Los resultados sacaron a la luz que, con diferencia, los ratones más longevos eran los que tenían los dos cromosomas X. Sin embargo, el récord de longevidad (30 meses) lo obtenían roedores con cromosomas XX y gónadas femeninas.
Es decir, las "hembras naturales". Los ratones genéticamente hembra (XX) pero hormonalmente machos (con testículos) llegaban al tope de la esperanza de vida "normal" de su especie, es decir, unos 21 meses, pero solo hasta ahí. En otras palabras, la doble X les evitaba morir prematuramente, pero no les regalaba años de vida extra. Porque no contaban con "un par de ovarios".
"Lo que observamos es que las hormonas producidas por los ovarios aumentan la esperanza de vida en ratones con dos cromosomas X, ya sea afectando a su desarrollo o activando ciertas rutas biológicas que alargan la esperanza de vida", aclara Dena Dubal, neurocientífica y coautora del estudio que publica hoy la revista PNAS.
Es decir que, a su entender, la extraordinaria longevidad femenina es fruto de una combinación entre dos genes X y dos ovarios que funcionan correctamente.
Según explican los investigadores, el cromosoma X contiene muchos genes relacionados con el funcionamiento cerebro y resulta crucial para la supervivencia. De hecho, sin al menos una X, ningún animal podría vivir. Eso contrasta con el papel del cromosoma Y, presente solo en machos, que contiene los genes responsables de características sexuales como los genitales y el vello facial pero poco más. Dicho de otro modo, es "prescindible".
Dubal reconoce que, si bien, ahora mismo no están seguros de "por qué el segundo cromosoma X reduce la mortalidad en edades avanzadas", sospechan que podría deberse a que, al tener duplicados algunos genes importantes, cuando en un cromosoma X femenino hay un gen defectuoso el segundo se encarga de compensar al "insano".