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CURIOSIDADES CIENTÍFICAS
Hay partes de nuestro cuerpo que no necesitamos para nada, pero que nuestros ancestros necesitaron en algún momento.
Si puedes mover las orejas es porque un ancestro tuyo necesitó orientarlas como hacen los gatos o los caballos para detectar de dónde venía el sonido de un posible depredador, y si se te ponen los pelos de punta con el frío es porque el pelaje de nuestros ancestros ofrecía más calor de ese modo.
Eso es así porque a muchos animales, cuando hace frío, se les eriza el pelo, atrapando el aire que se calienta en contacto con la piel creando aislamiento. De la misma forma, ante una situación de peligro el pelaje erizado les hace parecer más grandes ante un enemigo.
A los seres humanos también se nos pone la piel de gallina con el frío, aunque la verdad es que no calienta nada… ¿Quién tiene mi chaqueta?