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EXISTE UNA EXPLICACIÓN CIENTÍFICA
Sábado. Te bebes hasta el agua de los floreros del hotel de vacaciones. Al día siguiente; es decir, hoy, no puedes ni levantar las pestañas. Ya no eres ni la sombra de lo que fuiste. ¿Por qué?
Primera razón. Has pasado la frontera de los 30 años. Tu cuerpo no es el mismo. Ya no soportas igual las resacas (ni las noches de sexo desenfrenado, ni las maratones, ni otras muchas cosas).
Mareos, náuseas, vómitos, dolor de cabeza que te dura días… Desde que cumplas los 25 años, el día después de una borrachera será aún más terrible.
Segunda razón. Tu organismo. Tu organismo de treinteañero es incapaz de procesar igual que antes el alcohol.
Así que crea un mecanismo de defensa (un químico) llamado acetaldehído. De ahí vienen las mencionadas náuseas, los mareos y el martilleo en la cabeza. Cuanto más bebas, más te hará sufrir esa sustancia defensiva, que también es la causante del color rojizo de la piel durante y después de las borracheras.
Tercera razón. Retienes menos agua. La edad no perdona y ya no te hidratas igual. Pese a que la resaca viene de beber, el alcohol permanece más tiempo en tu cuerpo, pero el líquido elemento, no.