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FLOTAN DE MANERA CASI FANTASMAL DELANTE NUESTRO
Se llaman miodesopsis, pero son más conocidas como moscas volantes porque es a eso a lo que se parecen. Si crees haberlas visto, no te preocupes: es habitual y no debería entrañar peligro alguno.
Todos hemos creído ver alguna vez esa especie de bichillos luminosos, más o menos translúcidos, flotando de manera casi fantasmal ante nuestros ojos. Si intentamos perseguirlos con la vista, focalizar la mirada sobre ellos, desaparecen. Y enseguida vuelven a la carga en cuanto dejamos de centrarnos en ellos.
Para la mayoría de nosotros no es algo constante ni que suponga un problema, pero sí que suele suscitar curiosidad y a todos nos gustaría saber qué diantres es esa presencia misteriosa. Tenemos la respuesta: son las miodesopsis (su nombre técnico) o moscas volantes, como también se las conoce por los términos griegos que originan la palabra (‘myie’ es mosca, ‘eidos’ es forma y ‘ops’ es visión en la lengua de Aristóteles). Y aunque podrías pensar que se trata de ilusiones ópticas, son más reales de lo que parece.
Se trata de un pequeño defecto ocular que se manifiesta en la visión como un conjunto de manchas que se desplazan al ritmo de los movimientos del globo ocular (de ahí que no podamos seguirlas) y que se perciben especialmente bien cuando posamos la mirada sobre un fondo de alto contraste, como una página o una pantalla de ordenador en blanco o un cielo claro.
Se forman porque pequeños materiales de nuestro propio cuerpo (fragmentos de tejido, células sanguíneas, proteínas...) quedan suspendidos en el humor vítreo, la sustancia gelatinosa que rellena el globo del ojo. Con el paso de la luz, su sombra se proyecta sobre la retina y crea esas imágenes que de cuando en cuando percibimos.
Una de las principales causas de su aparición es, sencillamente, el envejecimiento. Con el paso de los años, la propia sustancia va perdiendo agua y sus proteínas se condensan, perdiendo transparencia.
Eso no quiere decir que las personas jóvenes no las vean, pero se vuelve más habitual con la edad. Las personas con miopía también son más propensas, pues la forma más alargada de su ojo tiende a acelerar la formación de esas opacidades en el humor vítreo.
La diabetes y las operaciones de cataratas también se han contemplado como factores que promueven su aparición, e incluso se cree que pueden ser causadas por depresión, ansiedad o estrés.
Aunque no existe un tratamiento para hacerlas desaparecer y tampoco lo hacen solas, lo normal es que no resulten muy molestas. Generalmente nos acostumbramos a su presencia y comenzamos a ignorarlas como parte de nuestro campo de visión igual que hacemos con, por ejemplo, la nariz.