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LA EXPLICACIÓN A LO QUE MÁS TE DESQUICIA

Por qué los viajes en coche se nos hacen eternos

Prestar atención al paso del tiempo activa un área de nuestro cerebro que nos hace ver más lento el recorrido del reloj. Si mantenemos la mente ocupada (conversión, juegos…), parecerá que corre más deprisa.

Una persona conduciendo Pixabay

Conduces, estás en el puesto de copiloto o detrás. Pero en cualquiera de esos lugares, sientes lo mismo: lo largo que se hace el trayecto. No te preocupes, que tiene su explicación. Y la culpa la tenemos nosotros mismos.

De acuerdo a los estudios que se han hecho sobre ello, la razón se encuentra en que somos bastante malos calculando el tiempo. Nuestro cerebro mide el tiempo en diferentes regiones que necesitan o esperan algún tipo de recompensa. Cuando estos procesos ocurren, se interfiere en otros procesos mentales, relacionados con la atención.

Así, si se juntan los dos procesos y prestamos atención al paso del tiempo, se activa un área del cerebro llamada área motora suplementaria (SMA, en inglés), ubicada en la corteza motora. Según explica Jennifer Coull, psicóloga de la Universidad de Aix-Marsella (Francia), conforme más percibimos el paso del tiempo más se activa la SMA.

En un experimento, los participantes tenían que realizar una tarea. Los científicos habían advertido a algunos de ellos de que, al terminarla, les preguntarían por cuánto tiempo habían usado en hacerla. De esta forma, se enfocaron más en el paso del tiempo y no estimaron la duración de la actividad. Sin embargo, aquellas personas que no sabían nada sobre esas preguntas solo estuvieron realizando la tarea y relegaron la cuestión del tiempo que tenían para completarla.

Trasladando esta cuestión a los viajes en coche, son las continuas miradas al reloj o los pensamientos sobre la duración del trayecto los que nos hacen pensar que es más largo. Si aprovechamos ese viaje para tener la mente ocupada con otras cosas (charlar con el resto de pasajeros, jugar al veoveo…), cuanto antes lo pensemos antes estaremos en nuestro trayecto. Y en menos tiempo ‘del pensado’.