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¡AL ATAQUE!
Sales de fiesta, te cruzas con un grupo de chicos y tus primeras miradas se dirigen al muchacho de rojo. "¿Te has fijado en el de la camiseta roja?", te pregunta segundos después tu amiga. Que esto nos pase, tanto a hombres como a mujeres, no es una simple coincidencia: la ciencia ha demostrado que el color juega un papel clave en el atractivo físico.
Uno de los primeros en comprobar que el rojo resulta atractivo fue Andrew Elliot, de la Universidad de Rochester en EEUU. Mostrando a una serie de sujetos fotos de mujeres en las que sólo cambiaban los colores de la camiseta (roja o azul) los investigadores comprobaron que los voluntarios encontraban más atractivas y deseables a las féminas cuando vestían de rojo. Cuando, además, se les pedía que cuantificasen el dinero que se gastarían en una cita solían estar dispuestos a tirar la casa por la ventana cuando su posible pareja llevaba ropa carmín.
"No es algo cultural que hemos aprendido por el uso reiterado del color rojo en celebraciones como la de San Valentín: es pura biología", asegura Elliot. La prueba la tenemos en que nuestros parientes primates también se sienten atraídos por las féminas que exhiben colores rojos de algún tipo. Es más, las hembras de babuinos y chimpancés se ruborizan cuando están a punto de ovular, enviando una señal sexual claramente diseñada para atraer a los machos.
En la especie humana, el rojo se selecciona en el armario. Es más, un estudio reciente de la Universidad British Columbia demostró que, en el momento de la ovulación, las mujeres son más propensas a vestir de color rojo o rosa. Esa elección inconsciente consigue aumentar su atractivo sexual en los momentos de mayor fertilidad. De hecho, los hombres consideran que, independientemente de su atractivo, una mujer tiene intenciones sexuales más claras si lleva puesta ropa roja que si viste de verde, blanco o azul.
Al revés también ocurre. Las mujeres encuentran más atractivos y deseables a los hombres vestidos de rojo, además de relacionar que vistan de este color con un alto estatus, tal y como demostró también el propio Elliot. En este caso, también con raíces biológicas claras, ya que "tanto en mandriles como en babuinos, el rojo es un indicador de dominancia masculina, y es más intenso en los machos alfa", asegura.
De hecho, el investigador defiende que no esta vinculación entre el rojo y la atracción explica por qué las celebridades y los dignatarios paseen por alfombras rojas en las ocasiones especiales.
No son los únicos efectos que nos genera estar ante alguien que viste de rojo. Neurocientíficos y antropólogos estadounidenses demostraron hace unos años que el rojo significa dominancia, y que nos influye hasta tal extremo que hay más atletas ganadores de medallas y diplomas olímpicos vestidos de rojo que de cualquier otro color.
De hecho, valoramos más a nuestros oponentes cuando llevan este color en su indumentaria. Y en cualquier contexto, nos volvemos más sumisos y menos desafiantes frente a los que visten en tono grana. ¿De qué color vas a vestir mañana, entonces?