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CARÁCTER DE SUPERVIVENCIA

Ser un auténtico borde y otros cuatro rasgos de personalidad que te alargan la vida

Hacer deporte, mantener una dieta equilibrada y cuidar de tu salud es importante para envejecer como un roble. Lo que no sabías es que tu carácter puede ser la clave para que vivas más o menos años. Dime cómo eres y te diré hasta cuándo vivirás.

¿De verdad crees que esta es la actitud para llegar a los 100? Wikipedia

Está claro que la genética, la circunstancias socioambientales y nuestro estilo de vida son tres de los factores más importantes que determinan cuántos años viviremos.

Pero, ¿y si te dijesen que tu forma de ser también juega un papel fundamental para que llegues a los 100? Una investigación publicada en la revista American Psychologist, ha evaluado cómo influyen los rasgos de personalidad de las personas a lo largo de sus vidas, y no se han limitado a datos recientes.

Han comparado las respuestas ofrecidas por 300 parejas que se inscribieron en el estudio a mediados de los años 20 y estuvieron ofreciendo datos a los científicos hasta que fallecieron con las de participantes de generaciones posteriores.

Los autores del estudio partieron de la base de que para una persona es complicado describirse a sí misma, así que utilizaron una plantilla base de 36 sencillas preguntas para que valorasen cómo era el carácter de sus seres queridos y hasta qué edad vivieron.

Si quieres llegar a viejo

1. Meticuloso. Acercándonos al maniático que todos llevamos dentro, los resultados del estudio subrayaron que aquellas personas que eran percibidas por los demás como organizadas, conscientes y escrupulosas con sus obligaciones vivían más años.

El hecho es que este tipo de personalidades suelen tener una menor tendencia a asumir riesgos innecesarios –todo un plus para llegar a la tercera edad sin imprevistos– pero no sólo eso: son personas más exhaustivas y eficaces a la hora de tomar decisiones, características claves para ser todo un superviviente.

2. Sincero. Dicen que la sinceridad está sobrevalorada, pero ser franco no tiene por qué significar ser un borde que humilla y critica a las personas que le rodean. Según los autores, ser una persona sincera, honrada y espontánea está directamente relacionado con vivir más años.

Al parecer, este tipo de personalidades estaban abiertas a escuchar ideas y posturas diferentes y a respetar y entender sentimientos y conceptos nuevos lo que les ayuda a adaptarse a cualquier época sin sobresaltos ni crisis de identidad.

3. Emocionalmente estable. Los investigadores señalaron algunas diferencias de género a la hora de determinar los rasgos de personalidad idóneos para ser más longevos. Así, en este caso, la estabilidad emocional es una característica que ayuda especialmente a las mujeres a disfrutar de una vida larga y feliz.

Siendo así se mantienen fuertes ante las adversidades siendo capaces no sólo de afrontar mejor cualquier problema y saber sacar siempre los aspectos positivos de las cosas, también de tirar del carro con quienes les rodean aportándoles un equilibrio mental que hace que sus círculos sociales y familiares sean mucho más estables.

4. Amable. También más importante para ellas, al parecer, los rasgos de amabilidad y respeto marcan la diferencia en la cantidad de años de vida.

Y ojo, porque otro estudio del año 2012 incluso ofreció el dato de que el 75% de las mujeres con una personalidad amable vivían hasta los 95 o 100 años.

Científicamente hablando, mantener un estado de ánimo alegre y simpático cuida de nuestra salud mental y corporal. El estrés, los agobios y el mal humor no sólo nos debilitan, además nos hacen vulnerables frente los demás y juegan un papel importante en que seamos más o menos felices.

Los investigadores aseguran que siendo respetuosos y amables con quienes nos rodean, podremos soplar las 90 velas y las que se nos pongan por delante.

5. Ser capaz de expresar sentimientos. Las dos investigaciones mencionadas llegaron a la misma conclusión respecto a este rasgo de personalidad.

Quienes eran o habían sido –evidentemente resulto complejo determinar si las personalidades estudiadas habían sido así toda la vida o eran rasgos desarrollados al llegar a la vejez– personas extrovertidas capaces de expresar sus sentimientos abiertamente, vivían más años de media y, lo mejor de todo, sonreían con mucha más frecuencia que quienes no compartían sus emociones con quienes les rodeaban.