Estos consejos te ayudarán a cuidar de tu mascota durante la ola de calor
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NO LO LLAMES 'OLA DE CALOR', LLÁMALO 'VERANO'
Trasnochar involuntariamente debido a las temperaturas extremas no sólo te deja agotado, también te regala un insoportable mal humor y afecta a tu salud. Te damos algunos consejos para que consigas dormir de una vez por todas.
Nos gusta el verano. Llega el momento de pasar horas y horas de terraceo, lucir palmito -para los bienaventurados que no hayan fracasado en su operación bikini-, comernos un flash de lima-limón y disfrutar de las largas tardes de luz. Es genial. Pero son las once de la noche y el termómetro no baja de los 30 grados.
Para remediarlo te dábamos hace unos días unos consejos sobre cómo intentar dormir por las noches de verano, pero han llegado refuerzos: las 'olas de calor' excepcionales requieren listas de consejos adicionales.
Porque sí, llegan unos días de no pegar ni ojo y levantarnos hechos trizas, sudados y de (muy) mal humor. Ahora que las noches son un infierno, sigue estos trucos y ponte cómodo, porque vas a poder dormir a pierna suelta.
1. Date una helada ducha relajante
Para qué nos vamos a andar con técnicas innovadoras. El mejor remedio y sobre todo el más efectivo es uno de toda la vida: darte una ducha antes de acostarte.
No hace falta que te metas en una bañera llena de hielos, que no es cuestión de que te dé una hipotermia, pero refrescarte con un poco de agua fría o templada media hora antes de irte a la cama hará que tu cuerpo coja una temperatura mucho más baja y puedas meterte en el sobre sin pensar que vas a morir por combustión espontánea.
2. El algodón sí engaña (y además, da calor)
Los shorts de algodón con la camiseta vieja deshilachada y dada de sí te parece el mejor pijama de verano de todos los tiempos, pero no... a no ser que el objetivo sea despertar siendo un charco de sudor.
El algodón es un tejido que aumenta nuestra temperatura corporal dándonos calor, de ahí que tengamos calcetines y sudaderas invernales de ese mismo tejido. Para el verano olvídate y hazte con tejidos más suaves como el lino o la seda.
Y si no, prueba a dormir completamente desnud: quizás no lo sepas pero tiene muchos más beneficios para tu salud física, mental y sexual de lo que crees.
3. Pasa el verano en la penumbra
Lo lógico cuando estamos en verano es abrir la ventana de par en par para que entre airecito. Pero, ojo, porque ese frescor que entra de madrugada durante el día se convierte en asfixiante aire caliente. Pon en marcha el viejo truco: deja una rendija abierta y baja las persianas, porque una casa en penumbra estará más fresca cuando llegues por la tarde.
Aprovecha esa sensación térmica para poner un poco el ventilador, y cuando llegue la noche la habitación estará a una temperatura buena para poder conciliar el sueño.
4. Los fritos no son para el verano
¿Sabías que mantener una alimentación adecuada también ayuda a dormir mejor? Cuando el estómago está muy lleno, el cuerpo funciona más lentamente y necesita producir más calor para digerirlas. ¿Más calor? Sí, y en esta ocasión no puedes acusar a la ola de calor porque te lo has provocado tú solito.
Tomando unas cenas más ligeras a base de sopas frías o ensaladas, o procurando comer unas dos horas antes de acostarte y evitando tomar bebidas estimulantes como el café, determinados refrescos o el alcohol, caerás rendido a los pies de la dieta del sueño veraniego.
5. Luces fuera
Desconecta cualquier aparato electrónico. Y no, no vale dejarlo en 'stand by': desenchúfalo sin miramientos. ¿Por qué? Resulta que cualquier fuente de energía que esté a tu alrededor mientras duermes produce calor.
Si tu insomnio veraniego exige luz para no volverte loco, que ésta sea fluorescente: gasta menos energía produciendo la misma luz y emana mucho menos calor.
6. Piensa en frío: el secreto está en tu mente
No ser capaces de conciliar el sueño nos estresa, y cada minuto que pasa más: ya conoces esa desoladora y agobiante cuenta atrás hacia un despertar cada vez peor…
Puede sonar a trola, pero los expertos insisten en que la solución está en nuestras mentes. Relajarse, respirar profundo y pensar en cosas agradables puede conseguir que nos olvidemos de factores externos como el calor abrasador, concentrándonos sólo en nosotros mismo y en descansar.
7. Paños húmedos
Si has seguido todos los pasos y la desesperación del calor puede contigo, te damos un último truco infalible para dormir a pierna suelta y que se lo has podido escuchar cientos de veces a tus abuelos: sigue la tradición ancestral de poner el agua fría a correr y humedecer paños.
Lo mejor es colocarlos en las extremidades, detrás de las rodillas, codos, tobillos y también en el cuello. La diferencia de temperatura con el cuerpo conseguirá nivelar la sensación de calor y podrás así quedarte frito -esta vez en su acepción de 'llegar a la fase REM' y no la del actual calvario ardiente que vives-.