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TUS COMPAÑEROS DE PISO VOLVERÁN A DORMIR
De hecho, los ronquidos son una manifestación de un trastorno llamado apnea obstructiva del sueño, que provoca que nuestra respiración se detenga durante unos segundos cuando dormimos. Si la apnea del sueño no se trata adecuadamente, puede aumentar la probabilidad de tener una presión arterial alta, de padecer obesidad o diabetes y de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral, según la American Sleep Association.
Y aunque no padezcamos apnea del sueño, si los ronquidos van acompañados de dolor de garganta, de una somnolencia excesiva durante el día o de jadeos durante el sueño, también es recomendable consultar al médico.
De un modo u otro, lo cierto es que hay unos cuantos remedios que pueden ayudarnos a dejar de emitir esos ruidos nocturnos.
Uno de ellos es cambiar de postura en la cama, evitando dormir boca arriba. Aunque esa posición es recomendable para la mayoría de personas, propicia los ronquidos: la lengua cae hacia atrás de la garganta, estrechando las vías respiratorias y obstruyendo el flujo de aire.
Así, es aconsejable dormir de costado.
También es conveniente que las personas con sobrepeso adelgacen, ya que quitarse unos kilos puede ayudar a reducir los ronquidos. Dejar de fumar o limitar el consumo de alcohol y sedantes antes de acostarnos (que ocasionan una relajación excesiva de los músculos) también puede ayudar a reducir los ronquidos.
Realizar ejercicios respiratorios con la garganta cada día también puede suponer un alivio. Es más, incluso hacer ejercicio de forma general puede contribuir a que esos ruidos disminuyan.
Si esos consejos no funcionan, se puede pasar a otras soluciones, como la utilización de boquillas antirronquidos (dispositivos bucales que mantienen nuestras vías respiratorias abiertas) tiras nasales para mejorar la respiración o aparatos de presión positiva continua en las vías respiratorias (máscaras conectada a una bomba de aire).
Ahora bien, en ciertos casos, para acabar con los ronquidos se requiere de cirugías. Aunque hay varias técnicas para conseguirlo, la más habitual consiste en extirpar tejidos de la garganta.
Así que como puedes ver, hay varias soluciones para dejar de roncar y mejorar tanto nuestra calidad del sueño como la de aquellos con los que compartimos vivienda.