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CONSECUENCIAS DE LA VIDA MODERNA
Los largos periodos universitarios y el retraso en la edad de casarse o tener hijos hace a los expertos plantearse que la etapa de transición entre la infancia y la edad adulta se está prolongando.
Limitar la etapa de la adolescencia siempre ha resultado complicado. Hasta el momento, los expertos fijaban un inicio temprano en los 11 o 12 años y, como mucho, la alargaban hasta los 19 para los más tardíos en madurar. Sin embargo, ahora este periodo entre la infancia y la vida adulta podría extenderse hasta los 24 años. Así lo sugieren un grupo de investigadores en la prestigiosa revista médica 'The Lancet'.
El trabajo señala que la actual adolescencia se enmarca entre los 10 a los 24 años. Según una de las autoras de la investigación, la doctora Susan Sawyer, directora del Centro de Salud del Adolescente del hospital de Melbourne, estos nuevos parámetros se deben a los cambios sociales que hacen que los jóvenes estén más tiempo estudiando y no den el paso de emanciparse, casarse o tener hijos hasta mucho más tarde que generaciones anteriores. Por ejemplo, en España la edad media de los hombres para contraer matrimonio se sitúa en los 35 años, mientras que las mujeres está en casi los 33, nueve años más tarde que en la década de los '70.
Aunque no todo tiene que ver con cambios sociales: también existen argumentos biológicos para pensar que actualmente la adolescencia puede durar 14 años. Por ejemplo, su temprano comienzo, en torno a los 10 años, se lo debemos a los avances en salud y nutrición que permiten que los niños se desarrollen mucho antes que en épocas pasadas.
Al mismo tiempo, hay base científica para asegurar que con 20 años todavía se puede ser adolescente. Varias investigaciones sugieren que el desarrollo cognitivo de los jóvenes puede durar hasta los 25 años. Incluso algunas personas, especialmente hombres, siguen creciendo físicamente hasta los 20 años.
Ante estas evidencias, la experta Susan Sawyer defiende la importancia de cambiar las políticas institucionales para adaptarse a esta nueva situación. “Aunque muchos privilegios legales para adultos comienzan a los 18 años, la adopción de roles y responsabilidades de adultos por lo general ocurre más tarde”, detalla, a la vez que determina que una definición "ampliada y más inclusiva de la adolescencia es esencial para enmarcar las leyes, las políticas sociales y los sistemas de servicios de manera apropiada para el desarrollo”.