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PATENTADO EN EEUU
Una empresa de Rhode Island ha patentado un sistema para tatuarse el ADN de otra persona.
Hasta ahora, si uno quería proclamar al mundo lo mucho que amaba a su pareja, podía tatuarse su nombre. Pero un neoyorkino llamado Patrick Duffy eso le supo a poco porque, al fin y al cabo, en un tatuaje no hay nada de la persona amada, por bonito que sea. No literalmente, pero... ¿y si lo hubiera?
Duffy, licenciado en ciencias políticas, se rodeó de un equipo experto en ciencias biomédicas y cirugía procedentes de la Universidad de Brown en Rhode Island y la Universidad de Duke en Carolina del Norte. Tras varios años de investigación han llegado a una solución que parece colmar las exigencias románticas de Duffy, porque ñeste, a través de su empresa Endeavor Life Sciences, ofrece ya la posibilidad de tatuarte literalmente a tu pareja... al menos, desde un punto de vista molecular.
Para hacerlo basta con enviar al laboratorio que la empresa tiene en Rhode Island una muestra del ADN de la persona amada. En el plazo de unas semanas, el cliente recibirá en su domicilio una cápsula con unos polvos sintetizados a partir de ese ADN que pueden mezclarse con la tinta normal de tatuaje. El producto, completamente inocuo, se ha bautizado como 'Everence'.
Y lo que vale para los vivos vale también para los muertos. Si lo que el cliente desea es honrar a su madre fallecida, basta con que conserve sus cenizas. De ellas se puede extraer ADN para que el "Amor de madre" adquiera una nueva dimensión poética, mucho más íntima y coherente en términos moleculares.
Lo último en 'biohacking'
Es la última excentricidad del 'biohacking', una corriente que busca modificar o mejorar las habilidades humanas a través de la ciencia y la tecnología. Se trata de un movimiento surgido desde la base (eso que los americanos llaman 'bottom-up') y basado en la filosofía del "hazlo tú mismo" a la manera de la cultura 'maker'. Esto significa que no se desarrolla en los grandes laboratorios, sino en habitaciones y (por cumplir el cliché) en garajes.
Entre las aplicaciones más asombrosas del 'biohacking' están los implantes para ver en la oscuridad (o para ver espectros de luz que nuestro ojo no capta a simple vista) y aquellos que convierten los colores en sonido (teóricamente útil para personas daltónicas o ciegas). Ahora podemos sumar a eso los tatuajes de ADN.
Entre los planes de Endeavor Life Sciences está la comercialización de kits de Everence. Costarían unos 650 dólares y permitirían al usuario sintetizar los polvos cómodamente en su propia casa, tantas veces como deseara -para tatuarse a gente diversa-.
No parece descabellado pensar que, en unos años, tatuarse el ADN de la persona amada sea tan corriente como lo es hoy ponerse un pendiente o teñirse el pelo. Corren buenos tiempos para el romanticismo.