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consejos para identificar a los mentirosos
Los entendidos dicen que las personas mienten entre 10 y 200 veces al día. Aunque hay algunos que superan esta cifra: los llamados mitómanos o mentirosos patológicos. Por eso es importante contar con herramientas o consejos que nos sirvan para poder reconocer a este tipo de personas más fácilmente.
Anton Delbrueck, psicólogo suizo, dedicó la mayor parte de su vida al estudio de la mitomanía. Este trastorno lo padecen todas aquellas personas que adornan su vida de manera incontenible con anécdotas, historias o datos inventados que no se corresponden con la realidad. Se trata de invenciones constantes y sostenidas en el tiempo, como cuando llegas tarde a una cita y pones una excusa.
Un mitómano puede distinguir la verdad de la mentira. Además, sabe que el resto de personas pueden identificar sus mentiras por lo que se cubre las espaldas con un contexto real.
Se irrita cuando pones en duda algo que haya dicho o percibes alguna incoherencia. En estos casos, si la respuesta es un cambio de tema brusco, si grita o se siente acorralado, podemos sospechar que lo que nos está contando es mentira.
La opinión de los entendidos en la materia es que enfrentar a alguien a su mentira es la mejor forma de detectar hasta qué punto esa persona sufre una patología diagnosticable. Cuando una persona siempre es la víctima o el héroe y la culpa siempre es de los demás, podemos deducir que estamos ante un mitómano.
Lo normal es que la mitomanía sea un mecanismo compensatorio de la baja autoestima. Las mentiras les sirven para buscar atención, admiración o reconocimiento; esto les ayudará a sentirse importantes en un grupo social concreto.
Los menos ingeniosos o imaginativos se ven obligados a copiar historias de películas, series o anécdotas ajenas. A veces es fácil detectar las mentiras cuando ya las hemos escuchado de otras personas. Sin embargo, es posible que el mitómano haya escuchado la historia y cambie partes para que todo encaje con su contexto personal.
Para ayudar a este tipo de personas, podemos hablar del tema indirectamente para hacer que la persona reflexione. Una idea para comentar el problema es decir que hemos visto un vídeo sobre el tema o que esta patología es mucho más frecuente de lo que pensamos. El objetivo es que la otra persona reconozca su problema y busque ayuda profesional.