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CONEXIÓN INTENSA

El virus que causa herpes en el labio podría desencadenar alzhéimer

Época de exámenes. O de estrés laboral. Exhausto después de otro día complicado, te miras al espejo del baño y lo ves. Ahí está. Sobre tu labio inferior ha empezado a formarse un bultito rojo que ya te escuece. Y que acabará convirtiéndose en una ampolla llena de líquido.

Este problema frecuente y recurrente lo causa el virus del herpes simple (VHS-1). Un germen que, una vez que nos infecta, suele quedarse con nosotros de por vida, agazapado dentro de las neuronas y de las células del sistema inmune. Normalmente se reactiva cuando bajamos la guardia, ya sea por una infección o por un período de estrés. Una "calentura" o úlcera labial de dos a cuatro semanas y luego, ¡ala!, otra vez al letargo. Nada importante en apariencia.

Pero, a veces, las apariencias nos engañan. A todos menos a Ruth Itzhaki, neurocientífica de la Universidad de Manchester (Reino Unido), que tras un cuarto de siglo investigando el asunto ha llegado a la conclusión de que el VHS-1 puede provocar alzhéimer, una de las actuales prioridades de salud pública según la Organización Mundial de la Salud. La conexión es tan intensa que tratando a personas infectadas por el virus con fármacos antivirales se puede reducir el riesgo de que sufran demencia senil, tal y como explica hoy en Frontiers in Ageing Neuroscience. Teniendo en cuenta que el 67% de la población está infectada por VHS-1, no es para tomárselo a broma.

"Calculo que el VHS-1 podría estar detrás del 50% de los casos de alzhéimer o más", asegura Itzhaki. La relación se explica en dos brochazos. Cada vez que se reactiva un herpes virus escondido dentro de una célula nerviosa, produce un daño neuronal. Un daño doble, dado que produce proteínas amiloides, que forman placas entre las neuronas, pero también conglomerados de proteínas en forma de ovillos dentro de las células nerviosas. Justamente los dos tipos de lesiones típicas de la enfermedad de alzhéimer.

Para demostrarlo tuvo que irse un poco lejos, hasta Taiwán, donde existe con una base de datos nacional de salud que incluye al 99,9% de la población. Justo lo que Itzhaki andaba buscando. Analizando minuciosamente los datos comprobó que la demencia senil era mucho mayor en las personas en las personas que sufrían infección por VHS-1 severas. Y que cuando les prescribían antivirales se reducía drásticamente el desarrollo de demencia. Si a esto se le suma que en los análisis postmortem de tejido cerebral de enfermos de alzhéimer se ha encontrado ADN de estos virus, el vínculo entre el virus y la neurodegeneración parece indiscutible.

¿Significa esto que podemos curar ya el alzhéimer? Aún es pronto para afirmarlo. Entre otras cosas porque el estudio entre los taiwaneses se aplica "solo a personas con infecciones severas del virus del herpes simple, que no son las más corrientes", aclara Itzhaki. Antes de tratar la demencia con antivirales habría que llevar a cabo un estudio en pacientes con herpes labiales sencillos, o herpes genitales, de los que es más difícil encontrar registros, porque no suelen pasar por la consulta.

Aún así, la investigadora británica es optimista al respecto. Después de todo, asegura, además de su investigación "existen más de 150 estudios científicos confirman que el virus del herpes juega un papel clave en el desarrollo de alzhéimer". Estos indicios, propone, deberían ser suficientes para "acelerar el desarrollo de una vacuna contra el virus del herpes simple, que sería el tratamiento más efectivo".

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