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ANIMALES DOMÉSTICOS
La domesticación no es el único factor influyente en la reducción del tamaño del cerebro entre los cánidos, según sugiere este estudio.
La domesticación no es el único motivo por el que el cerebro de los perros es más pequeño que el de su antepasado, el lobo, sino que hay otras presiones ecológicas y evolutivas que pueden tener un efecto similar en otras especies de canes salvajes.
Biology Letters publica hoy un estudio de investigadores húngaros y suecos que pone en tela de juicio la idea de que la domesticación es la principal causa de la reducción del tamaño del cerebro en los animales domésticos, concretamente en los perros.
El estudio concluye que, aunque la domesticación contribuye a la reducción del tamaño del cerebro de los perros, no debe exagerarse su importancia como fuerza evolutiva única.
Los autores analizaron datos sobre el tamaño del cerebro y el cuerpo de 25 especies de cánidos, incluidas razas antiguas más cercanas genéticamente al perro doméstico ancestral y mostraron que esa reducción no es una singularidad evolutiva inequívoca.
El tamaño del cerebro en los perros se situaba dentro del rango esperado para la mayoría de las razas antiguas utilizadas en el estudio, lo que sugiere que la domesticación no es el único factor influyente en la reducción del tamaño del cerebro entre los cánidos, señala el Centro de Investigación Ecológica Hun-Ren (Hungría).
El estudio halló que el perro mapache común (Nyctereutes procyonoides), que hiberna, es un caso atípico más pronunciado en términos de reducción del tamaño del cerebro.
Se cree que la hibernación, asociada a periodos prolongados de baja actividad metabólica y escasez de alimentos, limita la evolución del tamaño del cerebro debido a las elevadas demandas energéticas de los cerebros grandes.
El tamaño significativamente menor del cerebro del perro mapache respalda la hipótesis de que otros factores distintos de la domesticación, como adaptaciones ecológicas como la hibernación, también pueden impulsar la reducción del tamaño de ese órgano.
Los resultados sugieren que otras presiones ecológicas y evolutivas pueden afectar de forma similar al tamaño del cerebro y mediar variaciones extremas también en especies no domesticadas.
La creencia predominante ha sido que la domesticación conduce a una reducción significativa del tamaño del cerebro debido a factores como la menor necesidad de búsqueda de alimento, la competencia por el apareamiento y la evitación de depredadores.