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VÍA SATÉLITE
La NASA desvela las demoledoras conclusiones de un reciente estudio realizado por investigadores de la Estación Biológica a través de imágenes vía satélite.
La comunidad científica ha hecho hincapié en uno de los principales diques protectores de Doñana, alertando de su mal estado. Varias investigaciones sobre la situación del parque se han ido sucediendo las últimas semanas, pero uno de ellos se ha encontrado con un aliado inesperado: la mismísima NASA, la Administración Espacial de EEUU, que achaca la situación a la sequía y a la presión agrícola y turística.
El Observatorio de la NASA ha afirmado que "la agricultura y el turismo más allá de las fronteras del parque han gravado cada vez más el suministro de agua" en Doñana, y que el 83 % de los humedales están menos inundados de lo que podría explicarse por la sequía.
La agencia estadounidense ha dado a conocer uninforme en el que cita las conclusiones de un estudio que ha utilizado durante más de tres décadas datos satelitales para comprender cómo las demandas humanas en el acuífero han afectado a los estanques.
Concretamente, la NASA ha puesto el foco en untrabajo firmado por investigadores de la Estación Biológica de Doñana que analizan 442 imágenes del satélite Landsat tomadas durante 34 años. Las conclusiones del documento están en línea con lo que se viene pregonando desde hace tiempo: las extracciones de agua subterránea amenazan la integridad de lo que es Patrimonio de la Humanidad, con datos demoledores como que el 59% de las lagunas de la zona se perdieron entre 1985 y 2018.
Los autores de la investigación señalan que las extracciones de agua pueden haber dañado la integridad de la red de lagunas y, por lo tanto, "afectado una biodiversidad única en Europa". Por ello, llaman la atención sobre que la conservación de la flora y de la fauna acuática "requiere medidas urgentes de gestión".
En total, el 59% de los estanques no se ha inundado desde al menos 2013, y el 83% se está inundando menos extensamente, y por menos tiempo.
"El desarrollo fuera del área protegida, además de la sequía prolongada, han gravado el acuífero compartido y ha puesto en peligro el ecosistema y su estado protegido", asegura el informe.
La NASA subraya también que en las últimas décadas los agricultores cercanos al humedal han cambiado desde cultivos "tolerantes" a la sequía como aceitunas y granos hasta cultivos más intensivos en agua, particularmente fresas.