Según la ciencia, este es el nombre de niña más bonito del mundo
Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
Naegleria fowleri
A través del microscopio parece un calamar en miniatura, pero en realidad es un peligroso asesino silencioso: mata en apenas 72 horas, resiste bien el calor y se desconoce la forma de combatirlo. Su última víctima documentada, un niño de 12 años a finales de agosto en EEUU.
Se llama Naegleria fowleri, pero se le conoce con nombres que dan bastante más miedo, como ameba asesina o ameba come-cerebros. Sus 'descubridores' fueron Rodney Carter y M. Fowler, que le dio nombre, gracias a una investigación a finales de los '60 en Australia. Desde entonces y hasta ahora el número de casos documentados ronda los 500, una cuarta parte de ellos en EEUU, pero sólo se tiene constancia de tres supervivientes.
Por lo documentado hasta ahora su forma de actuar es casi siempre la misma: entra a través del agua por la nariz, se desarrolla en las cavidades nasales y empieza a progresar hacia el cerebro, donde se instala finalmente destruyendo tejido y empujando a su víctima a la muerte cerebral en menos de tres días.
Antes de ese momento hay unos 15 días de incubación y posibles síntomas que, por comunes, dificultan su detección: mucosidad, náuseas, dolor de cabeza... Lo que se suele interpretar como un catarro es en realidad una meningoencefalitis amebiana primaria (PAM, por sus siglas en inglés).
La primera persona que sobrevivió oficialmente a su ataque fue un hombre que la contrajo en California y al que se trató en 1978 con Amphotericin B -un fungicida-, Rifampticina -un antibiótico-, Dexamethasone, Phenytoin y Miconazol (medicamento ya retirado), además de esteroides para controlar el edema cerebral provocado por la ameba.
El segundo superviviente fue otro paciente en México en 2003 y al que se le repitió el tratamiento, como en el resto de casos, pero cambiando Miconazol por Fluconazol y Phenytoin por Ceftriaxona.
La tercera superviviente sigue luchando contra los efectos de la PAM. Se trata de Kali Hardig, una chica de 12 años natural de Arkansas a la que se han aplicado dos novedades: miltefosine, un medicamento experimental que no había resultado exitoso en laboratorio, y el enfriamiento de su cuerpo para intentar minimizar los efectos del ataque de la ameba. Tras pasar por un coma y estar bajo respiración artificial, ha despertado, escribe su nombre y responde a preguntas, aunque aún no es capaz de hablar.
Lo que sabemos de ella
Se sabe que es un microorganismo relativamente común en aguas dulces y cálidas, que sólo es activa en una de las tres fases de su vida y que no siempre ataca a los seres humanos. Pero la práctica totalidad de quienes han enfermado por su culpa han muerto.
En torno a ella hay más suposiciones que certezas. Por ejemplo, se estima que cada año hay unos ocho casos nuevos, pero se teme que tras muchas de las muertes por meningitis común esté su rastro, lo que podría multiplicar su número de víctimas. La más recientemente conocida ha sido la de un chico estadounidense de 12 años, que falleció en apenas 72 horas.
La enorme mayoría de casos reportados se ha dado en EEUU, pero existen datos de víctimas en América Central y del Sur, así como en el sudeste asiático e incluso en Europa. Como con los asesinos en series de las películas, la lista de víctimas podría ser mucho mayor.
En su favor, el hecho de que soporta temperaturas por encima de cuarenta grados con gran facilidad, y en el nuestro que ni beber agua contaminada nos hará enfermar por su culpa ni se contagia entre personas.