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EN 2011 BAJÓ LA CIFRA DE EXPERIMENTOS ANIMALES
En Europa se seguirá experimentando con animales, al menos por el momento. Esa es la respuesta que ha dado la Unión Europea a una petición firmada por más de 1,1 millones de personas que pretendía presionar a Bruselas para que acabase con la experimentación animal.
Stop Vivisection es el nombre de la iniciativa ciudadana, que sostiene, a partir de presuntas pruebas científicas, que el “modelo animal” no sirve para predecir la respuesta en humanos. Sus responsables afirman que “el número de doctores e investigadores de prestigio que cuestionan la validez de la experimentación animal no deja de crecer”.
Entre los más conocidos apoyos de la organización se cuenta Jane Goodall. “Los científicos han demostrado que incluso un pulpo puede sentir dolor”, dice la primatóloga. “Una vez sabemos esto, parece claro que los procedimientos que provocan dolor y estrés en animales son moralmente ofensivos. Es por ello que estamos buscando y descubriendo cada vez más alternativas a la utilización de animales. Muchos científicos insisten en que, para algunas áreas de investigación, los animales siempre serán necesarios. Aseguran, sin embargo, que usarán el menor número posible y que los tratarán tan bien como sea posible”.
Goodall considera la experimentación animal un tipo de tortura, por lo que anima a los científicos a buscar, con la máxima urgencia, procedimientos alternativos. “Quien encuentre esa alternativa”, dice, “optará a un Premio Nobel”.
La primatóloga introduce en el debate un concepto fundamental, generalmente obviado por los animalistas: que, hoy por hoy, la ciencia no puede renunciar a la experimentación animal. La Humanidad no puede permitírselo. Así lo ha considerado la UE al afirmar que la petición cursada por Stop Vivisection es “prematura”.
"Gracias a los avances tecnológicos", dijo el vicepresidente de la Comisión Europea Jyrki Katainen, “Europa está reduciendo el número de animales utilizados para experimentación. Sin embargo, una prohibición completa de la experimentación animal en la Unión Europea sería prematura y podría ahuyentar a la investigación biomédica”.
El Comisario europeo de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca, Karmenu Vella, fue igualmente tajante: “el objetivo último de la Unión Europea es eliminar gradualmente la experimentación animal”. Para ello, según dijo, se están adoptando una serie de acciones estratégicas que fomentan la búsqueda de aproximaciones alternativas.
Los datos le dan la razón. Cada año, los laboratorios europeos utilizan menos animales con fines experimentales. Con todo, parece claro que el fin de la experimentación animal no está cerca, ni mucho menos, aunque sí en el horizonte. La ciencia ha tomado nota.