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SEGÚN UN ESTUDIO DE LA UNIVERSIDAD DE BROWN
Una investigación ha mostrado que los camaleones pequeños tienen la lengua más larga y más potente en relación a su cuerpo. El pequeño Rhampholeon spinosus tiene una lengua que llega a alcanzar una aceleración máxima de 264 veces la de la gravedad.
De cero a 100 kilómetros por hora en una centésima de segundo. Ni el Fórmula 1 más rápido. Ni un transbordador espacial. Ni si quiera un F18. Pocos pueden batir al Rhampholeon spinosus, un camaleón de tan solo 47 mm de longitud.
Cuando este pequeño reptil dispara su la lengua, que tiene 2’5 veces la longitud de su cuerpo, lo hace a una aceleración máxima de hasta 2.500 metros por segundo al cuadrado y genera una potencia de salida por kilogramo de masa muscular de 14.040 vatios. Mucho mayor que la de cualquier otro reptil, pájaro o mamífero conocido.
Ya se sabía que estos reptiles tienen una lengua tremendamente rápida. Sin embargo, “la mayoría de los estudios anteriores sobre la forma de cazar del camaleón se han basado en especies más grandes”, asegura el investigador de la Universidad de Brown (EEUU), Christopher Anderson, en un artículo publicado en Scientific Reports.
Según el estudio llevado a cabo por Anderson, las especies de camaleones más pequeñas son capaces de alimentarse de forma más eficiente, ya que son capaces de generar mayor potencia relativa y tienen la lengua más larga en relación con el tamaño del cuerpo. Las especies más grandes, como el Furcifer oustaleti, de más de medio metro de largo, pueden lanzar su lengua con una aceleración máxima de sólo el 18% de la del pequeño Rhampholeon.
Para comprobar cuál era la especie más rápida, Anderson tuvo que grabar 279 videos con 55 individuos de 20 especies diferentes. Para ello, coloco a cada ejemplar ante una presa, un insecto atado, y delante de una cámara que grababa 3.000 imágenes por segundo. Aún así, no pudo realizar el experimento con el camaleón más pequeño del mundo, el Brookesia micra, ya que está protegido.
El truco de estos reptiles está en la forma en la que almacenan la energía para disparar la lengua. Al cerrar la boca, el camaleón ejerce una gran tensión en el tejido elástico de la lengua, como cuando se estira la cuerda de un arco o una ballesta. Tras aumentar la tensión, el reptil abre la boca y la lengua sale disparada.
Según asegura Anderson en su estudio, la razón por la que los camaleones más pequeños tienen lenguas proporcionalmente más grandes y mucho más potentes que sus primos más grandes, probablemente, tiene que ver con el hecho de que los animales más pequeños generalmente tienen un metabolismo más rápido y requieren más alimento en relación a su peso, con lo que necesitan una lengua infalible a la hora de conseguir comida.