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SIESTAS DE ALTURA
Durante mucho tiempo los ornitólogos han sospechado que las aves pueden dormir durante el vuelo, dadas las grandes distancias que algunas recorren en sus migraciones. Ahora, por primera vez, la sospecha se ha confirmado: un equipo internacional de investigadores han comprobado que su cerebro entra en fase de sueño durante el vuelo.
La incertidumbre anterior se debía en gran medida a que los observadores no podían saber qué ocurría en el organismo aviar en las alturas. Estos científicos, que han publicado sus hallazgos en ‘Nature Communications’, desarrollaron unos pequeños dispositivos capaces de medir los cambios en la actividad cerebral de los pájaros. Podían detectar tanto las ondas lentas del sueño profundo como las de la fase REM (de ‘rapid eye movement’).
Colocaron los ‘registrador de datos de vuelo’ -así bautizaron a su ingenio- en una quincena de ejemplares hembra de una especie tropical del género ‘Fregata sp.’. Los aparatos registraron la actividad cerebral de las aves durante 10 días y más de 3.000 kilómetros de vuelo, mientras un GPS determinaba también su posición.
Así, los datos desvelaron que tras el anochecer el cerebro de los animales presentaba ondas lentas de actividad durante algunos minutos mientras volaban. Es decir: dormían durante cortos lapsos de tiempo. Los científicos también comprobaron que, como hacen algunas especies de patos, las aves solían desconectar sólo un hemisferio cada vez, mientras que el otro lo dejaban conectado al ojo correspondiente para no chocarse con otros individuos.