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PERMITIRÁ CONOCER MEJOR CÓMO FUNCIONA ESTE ÓRGANO
Estaban fuera del cuerpo y sin conciencia. Los científicos han advertido que estos avances no significan que los trasplantes de cerebros en seres humanos estén cerca, aunque esto puede ayudar en el tratamiento de enfermedades como el cáncer.
La investigación que ha llevado a cabo un equipo de la Universidad de Yale podría recordar a una especie de Frankenstein del siglo XXI. El neurocientífico Nenad Sestan explicó hace poco que su equipo en dicho centro hizo revivir el cerebro de cerdos muertos en un matadero.
Para ello, usaron en el de más de un centenar de estos animales un sistema llamado BrainEx, que les bombeó sangre artificial rica en oxígeno. De esta manera, el órgano de los animales resucitó durante 36 horas, con células individuales en buen estado y capaces de una actividad normal.
Lucha contra el cáncer
Aunque el cerebro fue reanimado, Sestan puntualizó que no parecía que estuviera consciente. Sin embargo, creen que en el futuro sí podría darse este estado de la mente. También, que este descubrimiento podría ayudar en tratamientos experimentales para el cáncer o la demencia o a conocer más sobre el funcionamiento del cerebro.
Por ejemplo, sobre las conexiones entre células cerebrales o las interacciones que se dan en las redes del órgano. Frances Edwards, profesora de Neurodegeneración en el University College de Londres, ha dicho que con esto se podría avanzar en técnicas de escaneo del órgano.
Tras explicar el éxito de los experimentos en cerdos (que ya se había conseguido con el corazón y cerebro de conejillos de Indias), Sestan aseguró que el BrainEx se podría utilizar en el cerebro de otros animales, como primates (lo que incluiría a sus parientes los seres humanos). Y lo que es más, podrían mantenerse con vida por toda la eternidad… fuera del cuerpo.
Así, el debate ético estaría servido: ¿vivir para siempre en un recipiente? Todavía no existen la tecnología o la ciencia que permitiría trasplantar ese cerebro a otro cuerpo y experimentar las sensaciones con los sentidos.
Por si acaso, algunos científicos reaccionaron a la noticia de los investigadores de Yale advirtiendo que nadie esperara engañar pronto a la muerte. El propio Sestan y otros neurocientíficos publicaron a finales de abril un artículo conjunto en ‘Nature’ para argumentar que los experimentos en los tejidos del cerebro humano necesitan una serie de normas específicas.
Para algunos, esa eternidad del cerebro no se contempla sin un cuerpo que le corresponda. El órgano y el ser humano interactúan todo el tiempo, ya que los órganos, músculos o nervios están relacionados con lo que hay dentro de nuestra cabeza.
De momento, toca esperar para saber qué sería eso de tener un cerebro sin relación con un cuerpo humano, pero los experimentos con cerdos son un paso adelante para conocerlo.