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HAY ESTADOS QUE NO PONEN PEAJES AL AUTOCONSUMO ELÉCTRICO
La producción casera de electricidad, que en España ha quedado cercenada tras la reforma eléctrica al gravarla con un nuevo canon, funciona con éxito desde hace años en varios países. Alemania, Italia y el estado de California son referentes mundiales, al permitir a los hogares y a las pequeñas industrias producir su propia electricidad e inyectar la que les sobra a la red.
Los usuarios reciben por ello una compensación, bien en kilovatios, bien en dinero, por la electricidad que devuelven al sistema. La mayoría de estos sistemas funcionan con fotovoltaica, por el rápido avance de la tecnología, que ha permitido reducir los costes un 80% en cinco años.
Ni en Italia, Bélgica, Dinamarca, California, Hawai, Alemania, Japón, Canadá, Brasil o México, donde el autoconsumo ya está en marcha, los usuarios deben pagar un peaje de respaldo por servirse de la red, como sella aquí la reforma eléctrica del Gobierno. Medida que, según los expertos, frena de facto el desarrollo de esta opción de ahorro para los consumidores, ya que hará más cara la autoproducción de electricidad que comprarla a la compañía tradicional.
California, imán de las vanguardias tecnológicas, fue la primera región del mundo en introducir el autoconsumo en la tarta de la producción eléctrica, en 1996. A finales de 2012, unos 40.000 usuarios se beneficiaban de esta opción, que compensa al usuario con créditos en kilovatios por la electricidad devuelta a la red, que se calcula anualmente.
Con la producción casera de electricidad, los hogares y las industrias podrían autoproducir hasta el 70% de su consumo, y el resto comprarlo a la compañía eléctrica. Pero a la velocidad a la que bajan los costes de la fotovoltaica, el usuario podrá en el futuro producir el 100% con ayuda de baterías, teniendo la red solo como respaldo.
Alemania, que puso en marcha el autoconsumo en el año 2000 y cuenta con más de un millón de instalaciones, ha dado un paso más, subvencionando en un 30% la compra de baterías para los usuarios que produzcan la electricidad que consumen. La medida persigue, según los expertos, dejar de pagar progresivamente la electricidad sobrante y que la gente gaste su saldo de electricidad. La única condición en Alemania es que la autoproducción no supere el 60%, para garantizar el suministro.
El éxito del caso alemán ha contado con el apoyo político, una desarrollada cultura medioambiental y la gran fuerza del sector fotovoltaico, con larga experiencia y potentes fabricantes. Esto explicaría que los países que se van sumando, como Chile o México estén apostando por el autoconsumo, porque estas técnicas están muy probadas y funcionan.
En Brasil, el Gobierno está pendiente de aprobar una ley que dé luz verde al autoconsumo, que incluirá la posibilidad al usuario de producir hasta un megavatio de electricidad y consumirlo en otro lugar, mientras el contrato se haga con la misma compañía. En Italia, el autoconsumo está en marcha desde el año 2000 para instalaciones de hasta 200 kilovatios de potencia instalada. En ese país, el usuario puede vender a las compañías eléctricas el excedente de electricidad que no consuma.