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PRUEBAN UN HÍBRIDO CON CERDOS Y FETOS HUMANOS
A veces, la búsqueda de remedios para las enfermedades puede provocar rechazo en las personas. En Estados Unidos (EE UU), algunos científicos quieren conseguir embriones que sean mitad de procedencia humana y mitad de otros animales.
Al resultado, en embriología y genética, se les llama “quimeras”; es decir, un microorganismo cuyas células derivan de dos o más cigotos. Los investigadores esperan que, a través de la experimentación con estas quimeras, algún día se pueda salvar la vida de personas con un amplio abanico de enfermedades.
Un modo de aprovechar estos embriones podría ser utilizándolos para crear mejores modelos animales para estudiar cómo evolucionan las patologías humanas. Sin embargo, podría haber un paso más allá, más discutible aún que el anterior, que es crear animales de granja con órganos transplantables a humanos enfermos.
Los organismos oficiales de salud e investigación de EE UU impusieron una moratoria a la financiación de este tipo de experimentos que incluyen células humanas en quimeras, mientras que se analizan todas las implicaciones éticas que conllevan. Porque hay muchas voces que ven preocupados la creación de embriones interespecies.
Los científicos se defienden
Un equipo científico ha conseguido financiación privada y afirman que entre sus intenciones no está crear una suerte de Frankestein moderno, sino que tienen “objetivos biomédicos”. Pablo Ross, de la Universidad de California, ha mostrado a ‘NPR’ algunos de sus experimentos, como el intento de crear un páncreas que pueda ser trasplantado a un paciente de diabetes.
En primer lugar, tienen que eliminar el gen que el embrión de un cerdo necesita para generar un páncreas, algo que se hace a través de microscopio. Con un láser hace un pequeño agujero para introducir una molécula sintetizada en el laboratorio que pueda acabar con el gen.
Después de modificar el ADN se hace otro agujero para introducir células madre humanas pluripotentes inducidas (IPS) en el embrión del cerdo. Estas células madre pueden convertirse en cualquier tipo de célula o tejido, pero la esperanza de los científicos es conseguir un páncreas humano.
Para conseguir las células IPS, no hace falta más que cualquier célula de la piel de una persona, lo que reduciría el rechazo del posible órgano. El paso más complicado es que el embrión quimera se pueda desarrollar en cerdas adultas, lo que requiere un proceso quirúrgico previo.
A cada cerdo le colocan hasta 25 embriones en cada lado del útero y tienen que esperar unas cuantas semanas a que se desarrollen las primitivas de los órganos. En este momento se diseccionan los fetos para comprobar qué efecto han tenido las células humanas dentro del animal.
Además de las implicaciones éticas de los experimentos, lo que también provoca rechazo es la incertidumbre de estos, porque los que los realizan no saben dónde van a parar esas células madre. Ellos esperan que tengan efecto en el páncreas, pero pueden ir a cualquier lado, como a la creación de esperma y óvulos humanos en las quimeras.
Por esto último, Ross cuenta que el máximo tiempo que han esperado hasta diseccionar el feto son 28 días. Pero aún así, a muchos sigue sin convencerles esta forma de experimentar con la genética y las células madre.