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INSECTOS SOCIALES

Crean las primeras hormigas mutantes para entender porqué son seres sociales

Un equipo de investigadores ha conseguido crear por primera vez una colonia de hormigas mutantes.

Un grupo de hormigasCC

Decía Cicerón que las hormigas no sólo están dotadas de la sensibilidad de los sentidos, sino que también poseen inteligencia, razón y memoria. Ciertamente estos insectos poseen unas cualidades sorprendentes, y quizás por eso los científicos nunca habían podido crear una variedad genéticamente modificada de estos animales. Hasta ahora.

Dos equipos internacionales de investigadores han conseguido crear el primer ejemplar de hormiga mutante, siendo además la primera vez que se consigue crear un espécimen mutante de una familia de insectos sociales, que son aquellos que tienen sociedades jerarquizadas.

Las hormigas viven en sociedades complejas y muestran un comportamiento social sofisticado, ya que sus miembros se dividen y se especializan en distintas labores: en una misma colonia existen reinas, dedicadas a la reproducción y trabajadoras, entre las que también se pueden diferenciar las limpiadoras de las recolectoras.

Sin embargo, apenas hay diferencias genéticas entre los distintos miembros de la colonia. Y es por eso por lo que los investigadores querían tratar de entender cómo se organizan las sociedades de hormigas.

Se sabía que la vida dentro de las colonias se organiza gracias a la acción de diversas feromonas, pero seguía sin estar claro cómo perciben estas señales sociales. Una de las propuestas que se ha planteado es que la percepción de las feromonas en las hormigas evolucionó a gracias al aumento del número de receptores olorosos que poseen estos insectos.

Una técnica de padre español

Para comprobar esta hipótesis, los científicos generaron una línea de hormigas mutantes en las que se había alterado el gen requerido para la correcta función de estos receptores. “Encontramos que estas hormigas mutantes muestran deficiencias severas en comportamiento social y aptitud, lo que sugiere que son incapaces de percibir las feromonas”, explican los autores de uno de los dos estudios que han sido publicados en la revista 'Cell'.

Los investigadores aseguran que estos resultados "muestran que los receptores olorosos son esenciales para la organización social de las hormigas” y plantean la posibilidad de que, “al igual que sucede con los mamíferos, la función del receptor sea necesaria para el desarrollo y/o mantenimiento de las áreas de procesamiento olfativo”.

El grupo de investigación introdujo las mutaciones en las hormigas aplicando una técnica denominada CRISPR-Cas9, que utiliza moléculas bacterianas que actúan como tijeras para cortar los genes. De esta forma, los científicos fueron capaces de eliminar un componente crucial de los receptores de olor de las hormigas.

Curiosamente, uno de los padres de esta revolucionaria técnica, que ha servido recientemente para corregir una enfermedad hereditaria en embriones humanos, es el investigador español Francis Mojica.

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