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LAS PERSPECTIVAS DEL SECTOR
Los avances de la tecnología solar fotovoltaica han reducido los costes hasta un 80% en los últimos cinco años, haciéndola competitiva sin necesidad de recibir primas. Otra cosa son las plantas que ya estaban construidas y que ahora sufren el recorte retroactivo a estas ayudas, lo cual ha provocado un goteo de cierres de empresas en los dos últimos años y el recurso contra la medida ante el Tribunal Supremo de al menos 12.000 pequeños inversores.
La escasa perspectiva de seguir desarrollando este negocio en España con ayuda de una tarifa preferente y las importantes economías de escala de esta tecnología, que crecen a medida que las plantas aumentan su potencia instalada, han animado varios proyectos para lanzarse a levantar grandes centrales y vender la electricidad en el mercado libre. Aproximadamente media docena de iniciativas de este tipo se han anunciado en el último año, de las que las más avanzadas, al menos sobre el papel, son los proyectos de la alemana Gehrlicher Solar, que tiene previsto construir una planta de 250 megavatios en Talaván (Extremadura), y de la alemana Würth, que anunció en abril la construcción de una de 287 megavatios en Jumilla (Murcia).
El grupo almeriense Andaltia anunció otra megaplanta de 400 megavatios de potencia en la localidad murciana de Lorca, y Grupoenerpro prepara la construcción de una planta de 2,5 megavatios en la provincia de Sevilla. Esta compañía opera como promotora de centrales de energía eléctrica renovable y vende participaciones a inversores que busquen diversificar su cartera de inversión.
La duda que planea con la reforma eléctrica sobre la viabilidad de estos proyectos es si el Gobierno mantendrá la prioridad de las renovables al entrar en la red, de la que dependerán para garantizar la venta de la electricidad que generen. “Sin eso, es imposible que se construyan nuevas plantas, porque el exceso de oferta las dejará fuera”, comenta Miguel Ángel Martínez Aroca, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier).
La norma aprobada en julio, que tiene soliviantado al sector, suspende el régimen de primas y deja en suspenso la prioridad de las energías limpias al entrar en el sistema eléctrico. “Hasta este borrador, este tipo de macroproyectos estaban en el aire porque nadie garantizaba que entraran, ahora quizá sí, para las grandes instalaciones de más de 50 megavatios, pero aún no se sabe. Si la fotovoltaica tiene garantizada la venta de la producción, estos proyectos serán rentables sin primas”, según Manuel Pérez, experto y miembro de Anpier.
Acudir al mercado sin ayudas, un camino pensado para las grandes plantas
Arriesgarse a acudir al mercado sin ayudas es una vía cerrada para las pequeñas plantas, que aunque puedan colocar la energía eléctrica en el sistema, no podrán amortizar la inversión. “Nadie montará pequeñas instalaciones con la desaparición del sistema de primas”, puntualiza Pérez.
En cualquier caso, en esta asociación se muestran escépticos sobre la viabilidad de estos macroproyectos. “Creo que no se va a hacer absolutamente nada. Quién va a invertir un duro en renovables cuando los bancos saben los criterios políticos sobre el sector”, concluye el combativo Martínez Aroca.