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EQUIPO INTERNACIONAL DE INVESTIGADORES
Un equipo internacional de científicos ha ofrecido una nueva explicación de cómo se forman las olas gigantes de hasta 30 metros de altura, que pueden provocar importantes daños en plataformas petrolíferas y otras estructuras. Los investigadores han determinado que estas olas se forman gracias a un mecanismo de interferencia constructiva, un fenómeno por el cual dos ondas que chocan se combinan para formar una mayor.
A lo largo de la historia las olas gigantes han sido avistadas en océanos de todo el mundo, aunque nunca se ha confirmado que hayan provocado el hundimiento de un barco. También llamadas olas solitarias o asesinas, estas gigantescas paredes de agua han formado parte de las leyendas y la cultura marina durante siglos. Sin embargo, estas historias habían sido ignoradas por la ciencia hasta hace pocas décadas.
En la actualidad son muchos los científicos que intentan averiguar cómo se forman estos gigantes de agua, cuyo origen es ahora objeto de debate. Desde la década de 1990, la teoría más aceptada para explicar la formación de olas gigantes ha sido la inestabilidad modulacional. Sin embargo, si bien este mecanismo ha ofrecido buenos resultados en experimentos de laboratorio y modelos matemáticos, no había consenso sobre lo que realmente sucedía en el océano.
En este nuevo estudio, publicado en 'Science Reports', los investigadores ponen en duda este mecanismo y proponen una explicación alternativa. Para ello, los científicos se han basado en el análisis de los datos recogidos de tres olas gigantes observadas en tres plataformas petrolíferas situadas en el Mar del Norte y que fueron detectadas en los años 1995, 2007 y 2015. Los resultados obtenidos del análisis muestran que el principal mecanismo para la generación de olas gigantes es la interferencia constructiva y no la inestabilidad modulacional.
A pesar de que las olas del mar generalmente viajan en una dirección particular, la que llevaba el viento que las originó, en ocasiones éstas se encuentran con otras que se desplazan en diferentes direcciones. Cuando dos de estas olas se encuentran y chocan, existe una remota posibilidad de que entren en fase, es decir, que la cresta de una de ellas coincida con la otra. Esto es lo que se conoce como interferencia constructiva y es un fenómeno que puede duplicar la altura de la ola resultante.
Pero no todas las olas son iguales y la distancia entre la parte alta de una ola y la parta baja no es simétrica, lo que da lugar a efectos no lineales que son los que provocan que la altura de la ola pueda seguir aumentando hasta alcanzar unas dimensiones monstruosas. "Estos efectos no lineales pueden aumentar el tamaño de la ola entre un 15 y un 20 por ciento, lo que se añade a los efectos de interferencia constructiva", explica uno de los autores del estudio, el investigador del Instituto Tecnológico de Georgia, Francesco Fedele.
El trabajo de estos investigadores podría ayudar a mejorar la seguridad en las instalaciones marinas o de los barcos, ya que entender los mecanismos que originan las olas gigantes facilitaría la identificación de las áreas oceánicas donde se pueden generar con más facilidad, lo que permitiría también a los barcos trazar rutas más seguras.