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LA TOXOPLASMOSIS NO CREA TRASTORNOS MENTALES, SEGÚN LA UNIVERSIDAD DE DUKE
Cuando los científicos de la Universidad Estatal de Michigan (MEU) publicaron su estudio en 2012, aseguraban que había personas infectadas por el parásito Toxoplasma gondii con una tendencia siete veces mayor al suicidio que otras.
Tu gato te vuelve loco o la caca de tu gato te araña el cerebro, fueron algunos de los titulares que se volvieron virales, como los mininos de YouTube. El estudio no hacía más que confirmar las declaraciones que un biólogo checo hizo años antes para un artículo en The Atlantic y que creó gran revuelo.
No en vano, ese estudio de la MEU informaba de que la mitad de las personas infectadas por el denominado parásito de los gatos intentó un acto suicida debido a que dicho microorganismo se alojaba en el cerebro humano.
Relacionaban así la toxoplasmosis con la depresión aguda, trastornos de personalidad, esquizofrenia e incluso cáncer cerebral. Muchos otros estudios mantenían la misma tesis.
Ahora, un nuevo estudio enmienda a los anteriores publicados, achacándoles falta de rigor o el simple uso de muestras clínicas.
"Nuestros resultados sugieren que una dar positivo en Toxoplasma Gondii no se traduce en una mayor susceptibilidad a los trastornos neuropsiquiátricos o deterioro de la capacidad neurocognitiva," explica un equipo científicos de la Universidad de Duke, cuyas conclusiones se publican en PLoS ONE .
Así, aseveran que “no hay evidencias suficientes” de que las personas infectadas de toxoplasmosis fueran más proclives al suicidio, ni padecieran esquizofrenia ni depresión grave, ni deterioro cognitivo o trastornos mentales que indujeran a delitos, accidentes o autolesiones.
En el caso de suicidio, sí hallaron una pequeña correlación entre los sujetos infectados y la tentativa, pero tan baja que no podría vincularse ambos factores.
No hay suficientes pruebas científicas, por tanto, de que el parásito ‘arañe’ nuestro cerebro. Sin embargo, los autores del estudio avisan de que este microorganismo no es inofensivo. Sigue siendo una amenaza para los seres humanos, sobre todo en ciertos grupos de riesgo, embarazadas o enfermos con problemas inmunológicos, para los que es una enfermedad muy grave y hasta letal.
El Toxoplasma gondii habita en el estómago de los gatos. Las personas se contagian cuando están en contacto con el animal o con sus heces. Recientes estudios afirman que la toxoplasmosis incluso puede afectar de un tercio a la mitad de la población mundial.