Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
SÓLO SIETE EXMINISTROS PUEDEN CONSIDERARSE CIENTÍFICOS
El diccionario da cuatro acepciones para la palabra 'ciencia'. La primera, amplia, habla de la forma en la que se obtienen los conocimientos ("mediante observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales") y la cuarta, más restrictiva, de disciplinas concretas ("conocimientos relativos a las ciencias exactas, fisicoquímicas y naturales") ¿Qué es, por tanto, un científico?
En un sentido amplio, todo aquel que pueda dedicarse académicamente a la investigación. Es decir, un doctor. De hecho, prácticamente todas las áreas actuales en las universidades tienen tratamiento de 'ciencia': desde Ciencias de la Información hasta las Ciencias Exactas. En un sentido más restrictivamente, cualquier persona con formación que implique conocimientos en las áreas "exactas, fisicoquímicas y naturales", lo que también incluiría, por ejemplo, a gran parte de los ingenieros. Y en un sentido literal, y posiblemente más adecuado, a aquellos que puedan dedicarse a la investigación (doctores) que se hayan centrado en esas áreas "exactas, fisicoquímicas y naturales".
¿Es España un país de científicos? En un contexto como el actual, con los recortes y la falta de inversión en investigación, no es un buen país para ser científico ¿Es España un país gobernado por personas con sensibilidad por la ciencia? A tenor de las definiciones anteriores, no. Es más, la tendencia es más bien al contrario.
En las diez legislaturas que llevamos de democracia sólo siete personas se han sentado en un Consejo de Ministros y han llevado consigo los conocimientos y la cualificación suficientes para poder ser considerados capacses de denominarse científicos, al menos antes de dedicarse a la política. Tres de ellas tuvieron su cartera con UCD, tres con el PSOE -una con González, y la misma y otras dos con Zapatero- y sólo una con el PP en sus dos periodos de Gobierno.
Se trata de Federico Mayor Zaragoza, doctor en Farmacia y Catedrático de Bioquímica en la Universidad de Granada y la Autónoma de Madrid, Ricardo de la Cierva, doctor en Física, y Jesús Sancho Rof, también doctor en Físicas que, además fue Catedrático de Óptica y Estructura de la Materia de la Universidad Complutense por parte de UCD. Por el PSOE podrían contarse el actual líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, doctor en Químicas que participó tanto en el Gobierno de González como en el de Zapatero, además de los exministros Bernat Soria, doctor en Medicina e investigador, y Cristina Garmendia, doctora en biología molecular y especialista en genética. En el bando del PP sólo una exministra de Aznar tuvo una formación estrictamente científica... a pesar de estudiar Derecho. Se trata de Isabel Tocino, doctora en Derecho Nuclear.
En un segundo plano habría un grupo de exministros formados en carreras científicas pero que, o ejercieron poco tiempo, o no obtuvieron un doctorado que les habilitara para la investigación académica.
Serían Javier Gómez Navarro, ingeniero Químico Industrial con UCD, Javier Solana y Miguel Boyer, ambos licenciados en Física y exministros de González, y cuatro exministros del área sanitaria: Julia García-Valdecasas, licenciada en Farmacia, la actual titular de Fomento Ana Pastor, licenciada en Medicina y Cirugía, el exministro socialista Joan Clos, licenciado en Medicina, y José Luis García Ferrero, Licenciado en Veterinaria.
Aparte quedaría Eduard Punset, exministro y Licenciado en Derecho, pero uno de los divulgadores científicos más conocidos de la actualidad -si no contamos sus anuncios-
¿Y si abrimos la mano? Doctores en los ministerios ha habido y hay pero, como la mayoría de perfiles ministeriales, en áreas que poco tienen que ver con las ciencias en una acepción clásica del término: doctores en derecho, económicas y ramas similares, muy alejadas de la investigación, los laboratorios y los descubrimientos.
En un punto medio quedaría un amplio batallón de ingenieros que, si bien no son científicos en un sentido exacto, sí se formaron con conocimientos científicos. Y, al igual que pasa con los científicos, el número de ingenieros en el Consejo de Ministros ha ido disminuyendo con cada gobierno.
Así, bajo gobierno de UCD estuvieron Leopoldo Calvo Sotelo, doctor e ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Rodolfo Martín Villa, ingeniero Industrial, Fernando Abril Martorell, ingeniero Agrónomo, Salvador Sánchez-Terán, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y Jaime Lamo de Espinosa, ingeniero Agrónomo y Catedrático de Economía y Política Agraria de la Universidad Politécnica de Madrid.
Con el ejecutivo de González la estadística se mantuvo de la mano de Alfonso Guerra, ingeniero Técnico Industrial, Julián Campo y José Claudio Aranzadi, ingenieros industriales, Joan Majó, doctor en Ingeniería Industrial y Josep Borrell, ingeniero aeronáutico.
Con el gobierno de Aznar empezaron a perder peso -sólo tuvieron presencia en el Consejo de Ministros ingenieros como Francisco Álvarez-Cascos, ingeniero de minas, Jaime Mayor Oreja y Manuel Pimentel, ingenieros agrónomos y Jesús Posada, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos.
El equipo ministerial de Zapatero, que sí salía bien parado en cuanto a científicos en un sentido estricto de la palabra, perdía aún más representación de ingenieros, únicamente con Elena Salgado, ingeniera industrial, y Ramón Jáuregui, ingeniero técnico en construcción de maquinaria. El ejecutivo actual, plagado de abogados del Estado y figuras del mundo del derecho, carece de científicos en su primera línea, siendo la ya citada ministra de Fomento la única con una titulación cercana y el ministro del Interior, Jorge Fernández Díez, el único representante con una ingeniería, concretamente la industrial.