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Memoria biográfica, la amistad con extraños, la comunicación con gestos, imitar la voz del otro. Todas estas acciones pueden caracterizar al ser humano, pero también a algunos animales.
Por ejemplo, los chimpancés tienen mucha más memoria de lo que se pensaba. Un reciente estudio con nuestros parientes vivos más cercanos ha demostrado que recuerdan experiencias vividas hace hasta tres años. Hasta ahora se pensaba que el máximo eran 72 horas de memoria.
Otra actitud interesante en homínidos: ser solidario con extraños. Un estudio reciente demostró que los bonobos prefieren compartir comida con extraños antes que con conocidos. Esto puede deberse a que quieren ampliar su red social y de posibles parejas sexuales.
Los primates no son los únicos que exhiben comportamientos parecidos a los humanos. Un estudio muy reciente ha demostrado que los elefantes entienden cuándo una persona les hace el gesto de señalar algo. Lo sorprendente es que los paquidermos entendieron a los humanos a la primera, sin entrenamiento previo.
Por último, muchos animales aprenden a imitar a los humanos. Es el caso de una beluga, que canta como un borracho o reproduce las voces de sus cuidadores, eso sí, con más o menos tino.