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AVES MUY INTELIGENTES
Aunque en algunas ocasiones las palomas han sido retratadas como animales de poca inteligencia y bastante desagradables, distintas investigaciones han demostrado que estas aves son capaces de diferenciar un buen cuadro de uno malo e incluso de distinguir entre un Monet y un Picasso.
Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, y de la Universidad de Ruhr, en Alemania, ha servido para descubrir que también pueden reconocer palabras y diferenciarlas de conjuntos de letras sin sentido.
El equipo responsable de la investigación entrenó a las cuatro palomas más inteligentes de un primer grupo de 18 para que desarrollaran la habilidad de detectar palabras de cuatro letras correctamente escritas (como ‘very’, “muy” en inglés) de otras con los caracteres desordenados (‘vrey’, por ejemplo).
Durante las pruebas, los científicos mostraron a las aves tanto las palabras correctas como las incorrectas. Si estaba bien escrita, debían picotearla y si no tenía sentido, debían picotear el símbolo de una estrella. Cuando acertaban, se les premiaba con trigo. La más inteligente del grupo, Q35, fue capaz de memorizar 58 palabras correctas, mientras que las demás aprendieron un promedio de 43. Además, todas fueron capaces de rechazar más de 8.000 conjuntos de caracteres sin sentido.
La investigación, publicada en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences', indica que la capacidad de las palomas de diferenciar palabras con caracteres traspuestos se acerca más a la habilidad del hombre que a la de otras especies animales, como la de los babuinos, con los que también se han realizado estudios similares.
Sin embargo, la destreza que demostraron las aves no implica que sepan leer como tal. Los humanos aprendemos a asociar palabras con imágenes y, además, con significados. Pero las palomas no le estaban dando sentido a los conjuntos de letras que se les mostraban, más allá del condicionamiento de que, si acertaban, recibirían comida. Esto quiere decir que, aunque pueden identificar palabras como ‘very’, en realidad no lo asocian con ninguna realidad.
“Que las palomas, separadas por 300 millones de años de evolución de los humanos y con una arquitectura cerebral muy diferente a la nuestra, muestren una habilidad como el procesamiento ortográfico es asombroso”, explica al respecto Onur Güntürkün, uno de los autores del estudio.