Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
APOCALIPSIS BATRACIO POR UN HONGO MORTAL
No sólo las abejas están viviendo un terrorífico proceso de exterminio. Las ranas de varias especies en todo el mundo llevan 40 años luchando contra una infección que ha empujado a algunas de ellas al borde de la extinción.
Se trata de la Quitridiomicosis, una enfermedad de la piel causada por el hongo batrachochytrium dendrobatidis, de la que se sabe muy poco. Las que sí saben son especies como las ranas de hocico afilado, que han perdido un 80% de su población, la rana dorada de Panamá y otras familias de todo el continente americano y Australia, que perecen por millares por su causa. De hecho, en 2006 un estudio sugería que la primera especie era el único caso conocido de extinción por una infección imbatible. En sólo cuatro años la Rana Muscosa de las montañas de California perdió al 75% de sus ejemplares.
El misterio de este enemigo silencioso era precisamente saber por qué el sistema inmune de los batracios es incapaz de controlarlo. La respuesta es que actúa de forma 'similar' al VIH en los humanos: ataca al sistema inmune y lo inutiliza.
Según un estudio publicado en la revista Science la batalla se libra en dos frentes: primero en la piel, donde el sistema inmune de las ranas sí responde segregando sustancias para protegerse, pero cuando logra pasar esa barrera y entra en contacto con el cuerpo de las ranas empieza una segunda batalla que acaba con un resultado devastador: desde 2002 cada año hay un 3,7% menos de población de media en todo el mundo.
El hongo actúa como una especie de neurotóxico que infecta a los leucocitos y les empuja a algo similar al suicidio: de forma técnica, las defensas de la rana dejan de funcionar, acelerando un proceso conocido como 'apoptosis' que consiste en la muerte celular programada como forma de erradicar daños… pero en este caso lo hacen aunque no existan tales daños.
Además de eso, el hongo provoca que las células de la rana se reproduzcan mucho más despacio de lo normal. Cuando el proceso avanza los animales acaban en una especie de coma tras eliminar sus electrolitos, flotando en el agua, hasta que mueren por insuficiencia cardíaca a causa de la deshidratación.