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GRACIAS A UNA PROTEÍNA COMESTIBLE
Las deliciosas naranjas y brillantes fresas que compras en la tienda sólo duran unos días tan lustrosas como llegaron a casa: si no las consumes rápidamente perderán sus propiedades y se echarán a perder... al menos hasta ahora. Un equipo de científicos ha desarrollado una solución química para recubrir las frutas y hacer que se mantengan frescas hasta una semana fuera del frigorífico.
Según describen los investigadores, de la Universidad de Tufts en EEUU, la sustancia contiene fibroína, la proteína fibrosa que proporciona a la seda su resistencia y que segregan organismos como los gusanos y arañas para producir hebras.
Para probar su efectividad, los expertos la aplicaron como un spray sobre fresas y plátanos que después sometieron a distintas condiciones de humedad. Luego, almacenaron la fruta a 22 grados centígrados durante una semana junto con piezas no tratadas. Transcurrido ese periodo, aquellas recubiertas por fibroína no habían perdido su textura ni consistencia, algo que sí les había pasado al resto.
El compuesto es totalmente comestible y, como han comprobado los investigadores, no provoca la formación de ningún tipo de sustancia que supere los niveles de toxicidad establecidos por la OMS. El objetivo es disminuir el precio de su producción y poder rociar las frutas después de su recogida.