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ESPECIES EN PELIGRO

Los melomys, el primer mamífero extinguido por el cambio climático

Este pequeño roedor, endémico de una isla de la Gran Barrera de Coral australiana, podría haber desaparecido, convirtiéndose en la primera víctima mamífera del calentamiento global.

Melomys Luke Leng / Universidad de Queensland

Los melomys son un género de roedor que habita en distintas partes del mundo, pero hay una especie particular de este género que sólo vivía en una pequeña isla australiana, el melomy rubicola. Hablamos de este pequeño ratón porque ha pasado a tener el desafortunado honor de ser el primer mamífero extinguido por culpa del cambio climático. Al menos, así lo aseguran varios investigadores de la Universidad de Queensland.

Hace no muchos años, la población de estos roedores en la pequeña isla de Cayo Bramble, situada en la Gran Barrera de Coral, era de varios cientos. Sin embargo, gracias a un pescador de la zona que dio la voz de alerta, se sabe que desde el año 2009 no se ha vuelto a ver ninguno. Ahora, un estudio encargado por el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno del Estado australiano de Queensland ha confirmado los peores pronósticos: los melomys han desaparecido de Cayo Cramble.

En de marzo de 2014 se hizo un pequeño estudio sobre el terreno para tratar de localizar y estimar el número de melomys que aún vivían. Sin embargo, no se pudo detectar ningún ejemplar. Tras este primer resultado negativo, los investigadores decidieron volver unos meses después para realizar una búsqueda en profundidad.

Para ello, los encargados de la investigación desplegaron unas 900 trampas a lo largo de la isla, de apenas cuatro hectáreas de terreno. También colocaron unas 60 cámaras de visión nocturna y se realizaron búsquedas diurnas durante dos horas diarias. Pero, tras una semana de intensa búsqueda, los investigadores concluyeron en su informe que “la única población conocida de este roedor se ha extinguido”.

Los autores del estudio creen que el roedor fue víctima de las sucesivas subidas del nivel del mar, que han inundado la isla de Cayo Cramble en varias ocasiones, provocando el ahogamiento de la mayoría de los animales. Según se puede leer en el informe, “el factor clave responsable de la extinción de esta población ha sido, casi con total seguridad, las sucesivas inundaciones de las zonas bajas de la isla”.

Los científicos consideran que la información disponible sobre el aumento del nivel del mar y el de la mayor frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos en la región debidos al cambio climático inducido por el hombre “son la causa principal de la pérdida de los melomys de Cayo Cramble”.

Así pues, parece este pequeño roedor sólo se podrá volver a ver en los libros de historia natural. O no. Los científicos se agarran a una última posibilidad y aseguran que “puede ser prematuro declarar la extinción de los melomys a escala global”. Pese a que los pequeños habitantes de la isla han desaparecido, quizás esta especie conserve algunos ejemplares en un río poco explorado de la vecina isla de Papúa Nueva Guinea.

En cualquier caso, la posible extinción de los melomys de Cayo Cramble es otra de las muchas llamadas de atención sobre el impacto que puede tener el cambio climático en el planeta. Quizás no estemos a tiempo de salvar a estos roedores, pero sí debemos intentar salvar a otras, incluida la nuestra.