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HAY 23 PAÍSES EN EL MUNDO CON PANDAS ‘PRESTADOS’
Si diplomacia es el arte sutil de evitar una guerra, los osos panda son una de las más potentes armas de negociación jamás creadas. Son criaturas adorables, a las que hemos visto revolcarse torpemente, masticar bambú durante horas y asustarse por un estornudo de sus crías… y son también un enorme activo económico y arma de presión.
No es que los panda sean agresivos, porque ni siquiera son carnívoros, sino que las autoridades chinas los usan como forma de presión internacional. Hay tres factores que lo permiten: que sean una especie en serio peligro de extinción, que todo su hábitat natural esté dentro de las fronteras chinas… y que a todo el mundo les encantan. Son, por tanto, un raro y preciado tesoro que China tiene en exclusiva.
El problema es que ese tesoro es muy frágil. Son animales de enorme tonelaje que se alimenta exclusivamente de bambú, lo que requiere una enorme y continua ingesta para mantenerles con vida. Además, las hembras apenas son fértiles unas horas al año, y los machos -especialmente en cautividad- muestran muy poco interés por el sexo.
Frágiles y torpes, eran un blanco fácil para la naturaleza, que los tenía acorralados al borde de la extinción. Fue entonces cuando se empezaron a crear reservas panda y cuando China empezó a ‘prestarlos’. Porque sí, los pandas, estén donde estén, son préstamos de china, a razón de un millón de dólares anuales, con suplemento de 400.000 más por cachorro -si lo hay-, mantenimiento aparte. Una ruina.
Sin embargo, los países se pelean por ‘hospedar’ alguno esos ejemplares, que suponen una inagotable fuente de dinero como atracción turística -valga como ejemplo el ‘bautizo’ de Chulina, la última cría nacida en España.
Ahora mismo son 23 zoológicos en 13 países que acogen pandas fuera de China, y sólo ocho de ellos fuera de Asia: cinco en Europa (Austria, Bélgica, Escocia, Francia y España) y tres en América (Canadá, EEUU y México).
¿Por qué esos países? Por negocios. Una investigación científica publicada en 2013 en 'Environmental practice' encontraba significativas correlaciones entre los negocios bilaterales y el ‘préstamo’ de pandas chinos. Por decirlo de otra forma, los ‘pandas’ eran premios a países amigos o vías de establecimiento de lazos comerciales o políticos.
En Vox.com van más allá, señalando que son también vías de castigo a países ‘díscolos’. Así, habrían elegido Escocia para enviar pandas a cambio de salmón en lugar de a Noruega, que premió a un disidente chino, habrían retrasado la entrega de un panda a Malasia por la investigación de lo sucedido en el accidente de avión de hace unos años, o habrían retirado un panda prestado a EEUU como protesta por la reunión de Obama con el Dalai Lama.