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¿ADAPTACIÓN AMBIENTAL O GENÉTICA?
Los ejemplares de ‘Araucaria columnaris’ o pino de Cook se inclinan hacia el sur en el hemisferio norte y hacia el norte en el hemisferio sur. Es la primera vez que se observa este fenómeno en árboles.
El botánico Matthew Ritter estaba haciendo una reseña completa de una especie de pino, la ‘Araucaria columnaris’ (pino de Cook), cuando se dio cuenta de que todos los ejemplares se inclinaban hacia el sur. Decidió llamar entonces a un colega australiano para comprobar si ocurría lo mismo en su país: allí los árboles también estaban inclinados, pero hacia el norte.
Ritter, investigador en la Universidad Politécnica Estatal de California, continuó indagando sobre el misterioso comportamiento, estudiando la posición de 256 de estos pinos repartidos por los cinco continentes. Los resultados de su trabajo, recogidos en ‘Ecology’, confirman que todos los árboles estaban ladeados hacia el ecuador.
El ángulo de inclinación medio era de 8,55 grados –aproximadamente el doble del de la torre de Pisa–, aunque este aumenta a medida que los pinos se alejan del ecuador. Uno de los ejemplares del sur de Australia se escoraba hasta 40 grados.
Aunque el extraño fenómeno se ha registrado en otras especies vegetales, esta es la primera vez que se ha observado en árboles. Las plantas con tronco leñoso normalmente corrigen esta asimetría durante su crecimiento, pero por alguna razón el pino de Cook no es capaz de hacerlo.
Según el botánico, podría tratarse de una característica genética de la especie que se ha hecho más evidente porque la planta se ha extendido globalmente o de una adaptación para captar más luz en altas latitudes. El pino de Cook es endémico de Nueva Caledonia, un archipiélago al sur de Australia, pero actualmente se cultiva como planta ornamental en regiones tropicales, subtropicales y templadas de todo el mundo.